9/10/20

Cinecritica: La Jaula de Oro

LA JAULA DE ORO (
ÍDEM, MÉXICO - ESPAÑA - GUATEMALA, 2013)
El hosco Juan (Brandon Lopéz) camina por una calle donde solo se ve miseria y violencia, en otro lado Sara (Karen Noemí Martínez Pineda) se encierra en un baño donde se corta el pelo, se venda los senos, oculta su rostro con una gorra y se toma una pastilla anticonceptiva, el amable Samuel (Carlos Chajon) llega a su encuentro y los tres se dirigen a cumpler el sueño americano, un viaje desde Guatemala hasta Estados Unidos que parece tan imposible como esperanzador, en México se les une el indígena tzotzil Chauk (Rodolfo Dominguez, magnifico) que no habla una sola palabra en español, asi los cuatro, los tres amigos y el solovino, siguen su travesía en la bestia, topándose con cantidad ingente de obstáculos y adversidades, al tiempo que la tensión entre Juan y Chauk se hace cada vez mas grande, en parte por la discriminación del primero al indígena que no lo baja de "pinche indio" y mas importante aun, porque Chauk sospecha ¿o sabe? que Sara que se hace llamar Osvaldo en realidad es mujer.

En su travesía se encontraran de todo, una odisea donde se topan con policías que actúan cual viles delincuentes, donde son derrotados pero no se rinden como si tuvieran un destino inalterable, sacarle la vuelta a los soldados como si nada, sobrevivir al hambre y sed, no caer en las vías, soportar un asalto que por supuesto avala el conductor del tren, sufrir a las bandas delincuentes que se dedican a la trata de blancas, enfrentarse a unos secuestradores que extorsionan a los familiares del "otro lado", padecer la ojetes de los coyotes, y resistir a los francotiradores gringos. Todo esto pareciera que la cinta no es mas que otra película mas sobre el miseralismo latinoamericano que tanto gusta a cinefilos y críticos, es decir una cinta que "expone" las miserias y penurias, haciendo que todo sea sensacionalismo y amarillismo, que explota el jodidismo, el morbo y que se jacta de la victimizacion de los personajes, de los protagonistas, de nosotros mismos.

Pero el director Diego Quemada-Díez logra evitar todo esto dotando de personalidad y humanidad a sus personajes, dándole a la historia, con guión de él mismo junto a Lucía Carreras y Gibrán Ramírez Contreras, una visión realista que aunque no rehuye de lo peor del ser humano, esta vez mostrado desde el inicio de la jornada, también tiene momentos de felicidad, de humanidad, de amor, de amistad, de conocimiento, de crecimiento personal, de tristeza, de tristeza, y pequeñas victorias que siempre mantienen la esperanza, así los que antes eran enemigos ahora pueden dar la vida por el otro, los que morían de celos no repararan un segundo para defender a la persona que quieren, y que pueden mirar a su hermano a los ojos sabiendo que hicieron lo correcto.

Este sentimiento de estoicismo impregna todo el metraje, algo que se agradece y que junto a la dirección inspirada de Quemada-Diez que ademas de encuadres bellos se da el lujo de algún detalla visual que despues cobra importancia, y muestra a inmigrantes reales que le dan un valor agregado a la cinta (y que aparecen en los créditos), algo que se hace mas poderoso con la fotografía casi documental de María Secco. Es increíble que tenga que venir un español a mostrar como se hace una cinta de este tema sin chantajismos, que le otorga dignidad a sus personajes, y que se resume en la canción "La Caña" del "Son del Centro" junto al mensaje de la canción "La Jaula de Oro" de los "Tigres del Norte", y es que si se tiene la suerte de lograr el sueño sera para barrer los sueños quebrados de otros.

Calificación: Muy Bien

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