¿Que pasaría si una leyenda mexicana de terror se grabara con un estilo de terror asiático? el director Rigoberto Castañeda se encarga de dar una respuesta con un ejemplo que deja mucho que desear, una de las cintas de terror mexicanas mas exitosas de la historia, que revisándola en la actualidad resulta verdaderamente confusa, Ágata (Iliana Fox sobreactuada) atropella a un niño juguetón en el km 31 del titulo, en cuanto se baja resulta que el niño es mas bien una aparición y se la llevan de corbata por lo que termina con ambas piernas amputadas y en coma, su hermana gemela Catalina (la mencionada Iliana Fox en plan de sobreactuar) tiene una conexion psíquica con ella por lo que se da cuenta que algo le sucedió, de la misma manera sabe que su hermana esta atrapada entre el mundo de vivos y el de los muertos, y que solo ella puede salvarla, investiga y escucha al mismo niño, en tanto el novio de Ágata, Omar (Raúl Mendéz) descubre gracias a un obsesionado policía (Carlos Aragón) que en ese kilómetro suceden decenas de accidentes.
Por ahí también esta el novio/amigo/pretendiente de Catalina, el español Nuño (Adriá Collado) que se resiste a creer en fantasmas, y hasta una fantasma que nunca entiende bien uno si ayuda o es enemiga, para el caso y no es spoiler porque sale casi desde el inicio a lo que se enfrentan nuestros protagonistas no es otra cosa que otra versión de la Llorona, la leyenda mas popular y conocida del país, pero en clave asiática, o mejor dicha japonesa, niño pálido/azulado que corre por ahí, se pone a espaldas de los protagonistas, les toca la espalda u hombro, o de perdida mete la mano en la toma, susurros por aquí y por alla, y hasta eventos traumaticos del pasado solo que en el guion escrito por el mismo Castañeda no tienen nada de sentido, supongo que la intento hacer en este estilo aprovechando el tirón de la epoca.
El detalle es que nunca funciona, y aunque la puesta en escena es funcional las actuaciones demeritan bastante, se abusa de efectos especiales que se sienten obsoletos para la epoca, la trama no va a ningún lado, los personajes desesperan con cada acción que realizan, e inclusive personalmente me desquicie porque todos los que manejan nunca ven el camino siendo que todos habían sufrido un percance en automóvil, pero sobretodo lo peor es ese final que se quiere sentir climático pero que solo se siente exagerado y sin sentido, aunque no todo es malo, debo admitir que las locaciones son buenas, carreteras que parecen caminos hechos para morir manejando, sistemas de alcantarillado que parecen salido de una cinta de terror, obras que se enciman a cuestiones naturales sin lógica, algo propio de México y que solo puede ocurrir aquí, tanto así que podría hacerse una película sobre una creciente o un desborde que destruya una ciudad en minutos u horas, todos la sentirían real y plausible, conste que la idea es mía para que me den crédito.
Calificación: No Vale la Pena
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