Una mujer (Diana Lein, bien) esta tomando con un viejo hasta que se ponen borrachos, pero de pronto la mujer cambia, con el tipo tirado en el piso lo pone en cama, o ata, y le hace un gigantesco tatuaje que le abarca mas de la mitad del pecho, es la marca de la venganza, de una mujer que los periodistas han apodado la vengadora, y que se dedica a vengarse de hombres que le causaron algún mal a una mujer, hasta este momento el quinto largometraje del ingobernable Julián Hernández parece ser una cinta de revancha feminista muy ad hoc a los nuevos tiempos, pero eso si, impecablemente filmada, mostrada en un formato 4:3 en blanco y negro con esquinas redondeadas, la cinta cambia cuando debe a una imagen a color, y Hernández demuestra un impecable manejo estilistico, cambios focales que le dan mas fuerza a la escena, travellings maravillosos, cámara fija cuando debe sugerir mas que mostrar, imagen granulada y a colores opacos pero chiillantes propios de los noventa, un manejo envidiable de los espacios jugando con sombras, reflejos, perfiles, etc., en pocas palabras la cinta es una odisea narrativa en terreno fílmico.
Ademas el director tira detalles y referencias artísticas y cinefilas por todos lados, y algunas forman parte integra de la trama sintiéndose siempre naturales, un afiche con Bruce Lee detrás de un actor, un álbum de fotos con la cinta "El" de Buñuel, y demas detalles que hacen un deleite de los que se pongan a buscar, ya con todo esto la cinta merecería revisarse, un diseño de epoca noventero impecable, pero la historia no tiene desperdicio, estamos ante un film-noir mexicano que respeta todas las reglas del genero, una fotografía excelsa, personajes ambiguos, una trama compleja, una sociedad enferma, y una música que nos llene de tensión, si bien apunte que al inicio parece una cinta mas de revancha femenina, me empezó a ganar el gran talento en la dirección solo para terminar dándome cuenta de que la historia es mucho mas de lo que parece en un inicio, lo que vemos al principio es para que conozcamos a nuestra protagonista y el tiempo que tiene haciéndolo, inmediatamente despues Laura (una natural Mónica del Carmen) intenta descubrirla y ponerle una trampa, pero Aida no cae, y mas aun se encarga del que manipulaba a la mujer.
Como esta mando una foto a cada periódico el fotógrafo Vicente (Irving Peña) se da cuenta de que es el estilo de una fotógrafa dada por muerta, Aída Cisneros quien fue atacada y violada en su casa, asesinando a su esposo, a la chacha con el hijo, y el bebe que estaba esperando, debido a esto la mujer se supone que se suicido, a partir de este momento Vicente se obsesiona y no deja de buscarla acercándose cada vez mas a la verdad, Vicente también conoce a la popular locutora sensacionalista Divinidad (Itatí Cantoral) quien solo se preocupa por hacer amarillismo con la historia de la vengadora, ahí llega un extraño vidente (Cesar Ramos) quien extrañamente sabe mucho de la vengadora, de sus victimas y de los detalles, cosa que usa para manipular al publico oyente, en tanto la adolescente ricachona Eva (Victoria White, una agradable revelación) contrata a Aída para encontrar al hombre que le robo a su padre y que la chantajea, pero peor aun, que la humillo.
Por si todo esto fuera poco tenemos al travestí Marta (César Romero Medrano) que parece tener sus propias intenciones con un burdel al que son asiduos policías, políticos y empresarios, todo esto converge en la historia principal haciendo que deje de ser una sencilla cinta revanchista y se convierta en un laberinto político de investigación, traiciones, engaños y mentiras que solo termina como esos sueños que tiene últimamente Tarantino, y que bueno que sea así.
Calificación: Muy Bien
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