"LA MUERTE DE UN UNICORNIO" ("DEATH OF A UNICORN", ESTADOS UNIDOS - HUNGRIA, 2025) DE ALEX SCHARFMAN Cuando el ambicioso Elliot (Paul Rudd) y su hija Ridley (Jenna Ortega) llegan a la inmensa mansión en medio del bosque de la poderosa familia Leopold queda claro cual es el subtexto de la película, con Belinda (reaparecida Tea Leoni) diciendo que acaba de terminar una junta donde van a sacar a unos refugiados de algún país tercermundista - ¿o quizá les van a poner vacunas? -, por supuesto que la multimillonaria mujer no sabe, ni le podría interesar menos, ya que lo único que quieren estos ricachones es blanquear su imagen frente al mundo con cosas tan impresionantes como "salvaguardar" una inmensa área forestal que en realidad solo usan personalmente para cazar, o para que los pobres asalariados no pongan un pie en el bosque, esto mismo se pasa a la premisa donde Elliot atropella a un unicornio para después asesinarlo ¿por piedad? para esconderlo en su cajuela, pero este revive, para sufrir una segunda muerte y descubrir que su sangre cura todos los males existentes.
Problemas oculares, acné, cáncer, y lo que se antoje, con solo un poco de sangre o las grandes propiedades curativas del cuerno, que será limado, lijado, aspirado, comido, inyectado, derretido y lo que se les ocurra a estos depravados millonarios, que además de Belinda esta constituido por el patriarca Odell (Richard E. Grant) y el junior Shepard (Will Poulter) que se la vive desenfrenado disfrutando la vida, debido a esto los papas unicornios llegaran para desatar su fúrica venganza contra los inhumanos e inmorales personajes de la cinta, a excepción de la doncella Ridley que descubre toda la historia y bla bla bla, pero la verdad Ortega nunca termina de tomar el protagonismo, y su personaje carece de fuerza en la historia, simplemente es la doncella en peligro, pero cagante, siempre quejosa y presuntuosa, como cualquier chica genérica de generación Z, de tal manera que aunque los unicornios la adoran, uno nunca termina de tomarle cariño.
Así que la historia se resume en personajes ambiciosos, unicornios vengativos, baño de sangre, y mucho gore, o por lo menos eso se intenta, porque ni hay tantas muertes como que sea un placer culposo, ni las que hay son tan imaginativas y violentas como para olvidar que no tenemos trama, sumado a que el intento de humor negro es fallido, y hacia el final la historia se toma tan en serio que personalmente termine hasta incomodo, porque además, para este momento, la película ya había fallado terriblemente en su cometido, que si, que los ricos son ambiciosos, que no tienen escrúpulos, que son inmorales, que para ellos no existen los pobres a los que ven como insectos como en el momento donde Belinda descubre que su empleado más cercano de décadas tiene hijos, que son capaces de todo con tal de hacerse más ricos, y que son tan depravados como para comer carne de unicornio nomas porque si.
Pero le falta a esta sátira algo más, un poco más de juego, mayor complejidad, los ricos son caricaturas vivientes, y uno no se los toma en serio así, ni los odia, y los buenos o son buenas tardes como la joven, o de plano son iguales que los ricos, pero con la ventaja de que pueden enmendarse en un segundo porque si, sin pagar nada de lo que han hecho ni tomar responsabilidad, ahora que lo pienso esta claro que la película es aleccionadora, pero falla hasta en eso con ese nefasto intento de sensibilidad final, la idea era buena, pero el resultado es calamitoso.
Calificación: Deficiente
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