30/8/16

Cinecritica: Green Room

GREEN ROOM (IDEM, EU, 2016)
La tercer cinta de Jeremy Saulnier es una inteligente muestra de thriller/terror/gore que homenajea a la serie B, con una premisa sencilla que arranca rápidamente despues de una introducción ágil, y a partir de que la acción se desata ya no hay descanso, con apenas tiempo para respirar la trama nos tiene siempre en tension con dosis de suspenso y actuaciones muy por encima de lo que acostumbra la serie B, ademas la violencia, el gore y el revanchismo no están supeditados a vender y se siente real, dejando de lado los gráficos por computadora y apostando por los efectos especiales artesanales y mucha sangre, la cinta esta tan bien dirigida que el unico pero es que no tenga una historia mas fuerte que si no estaríamos hablando de una cinta imprescindible.

El grupo de rock punk independiente Ain´t Rights se la pasa viajando por el pais presentándose donde puedan y robando gasolina, incluso el bajista Pat (el recién fallecido Anton Yelchin, bien) piensa que la música no debe grabarse porque esa no tiene la energía de cuando se toca y que tampoco puede decidirse por un grupo favorito, esto lo dicen en una entrevista en un pueblucho donde terminan tocando en un pequeño bar, molestos les consiguen un trabajo en otro pueblo donde tocaran para neo-nazis, ya despues de tocar y a punto de irse Pat se regresa por el celular de Sam (Alia Shawkat) y es testigo de asesinato, intenta llamar a emergencias y la situacion se descontrola, los skinheads los encierran en un cuarto, al que se refiere el titulo en un juego de palabras, hasta que el líder Darcy (Patrick Stewart) decida que hacer con ellos, la decisión es hacer como que ellos cometieron el delito y murieron en una situacion que se sale de las manos, los cuatro músicos no saben que creer, tienen desconfianza pero no saben que esperar, hasta que la hay una clara declaración de guerra.

Los jóvenes pasan de ser unas victimas, a estar desconfiados, a pelear, a tratar de escapar, hasta que finalmente solo les queda convertirse en victimarios dejando de ser las victimas, todo esto motivado por la chica skinhead Amber (Imogen Poots, preciosa a pesar de la fachada neo-nazi) quien liderea un ataque rencoroso y violento al mas puro estilo B, la cinta funciona como un placer culpable donde la violencia genera mas violencia, y donde todo funciona bien, un buen reparto y una direccion impecable de un director del que tengo que revisar su trabajo anterior y que regala una toma final de antología con algunas lineas hilarantes.

Calificación: Bien

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