Una de las mejores escenas de esta imaginativa biopic - sino es que la mejor -, resulta cuando todos los contendientes por los derechos del legendario videojuego Tetris se encuentran en ELORG (Elektronorgtechnica), una institución gubernamental dedicada a decidir sobre importación y exportación de tecnología informática del país, y el jefe la organización, Nikolai Belikov (Oleg Stefan, bien) los pone a competir entre ellos para que sientan el rigor del libre mercado que pregonan los capitalistas, al mismo tiempo que se da cuenta de que le han estado viendo la cara, no solo con contratos fraudulentos sino con el pago de las utilidades, y el manejo de los derechos, estas escenas de intriga jurídica son de lo mejor que tiene esta cinta, el como se maneja Belikov astutamente entre ellos, el cinismo de Robert Stein (Toby Jones) por querer seguir robando por medio de contratos aprovechados para que se la regresen de mejor manera, la arrogancia de Kevin Maxwell (Anthony Boyle) que no solo es grosero, sino que no tiene ni idea de cualquier cosa que le pregunten, asi como la desesperación bobalicona de Henk Rogers (un muy carismático Taron Egerton) que anda soltando verdades a diestra y siniestra cargándose a todos en el proceso.
Y es que, esto fue justamente lo que lo hizo ganar las negociaciones, el que les dijera a los rusos todo lo que necesitaban, incluso ayudándolos a redactar el contrato retroactivo que firmo Stein ante la presión del cobro de regalías es prioritariamente su mejor baza ante la negociación, en especial con un tipo tan centrado y ético como Belikov, de hecho este resume su favoritismo en una línea - "es tonto pero honesto" -, esto de inmediato llamo la atención del ruso ya que el capitalismo toma como punto de partida la mentira, por lo menos para ellos, si solo este hubiera sido el camino de la cinta podríamos estar hablando de una obra mayor, la historia real de la guerra por los derechos del videojuego es impresionante, con Nintendo metida al cien por ciento en la guerra, y muchos más piezas en juego que los tres que aparecen aquí, pero aun con este enfoque, en el que Henk es tomado como protagonista y visionario, y las múltiples licencias que aparecen aquí y por allá, esta biopic convertida en intriga política nunca deja de ser interesante y de emocionar genuinamente.
Rogers, un programador holandés que vive en Japón descubre en una expo de tecnología el juego "Tetris" y queda fascinado con él, decide conseguir los derechos de distribución y descubre que los ha tramitado Stein llegando a manos de MirrorSoft y Spectrum Holobyte (su filial estadounidense que ni siquiera es mencionada), propiedad de los Maxwell, quien a su vez los había revendido en todas las formas posibles de manera ilegal. Al no ver avances y sentir que estos lo estaban sacando del juego al jugar a sus espaldas decide tomar las riendas por si mismo, viaja a Rusia e intenta hacer negocios como turistas, algo ilegal en ese entonces, pero no se detiene golpeando el avispero y movilizando a todos los interesados, especialmente a un agente gubernamental corrupto que manipula todo con tal de llevarse una tajada, con tan mala suerte que se topo con el terco Rogers quien conto con el aval, apoyo y amistad del creador del juego Alexey Pajitnov (Nikita Efremov).
Lo que sigue de aquí es la intriga jurídica convertida luego en intriga internacional y finalmente en un desenlace de acción que a todas luces es falso, lo que no es falso como ya apunte es todo el embrollo legal que se formo, y eso es lo mejor del filme, que desfallece un poco en ese supuesto peligro de KGB perseguidores que nunca termina de embonar, y con un drama familiar del protagonista que lastra la historia, pero vaya que es entretenido todo el asunto aun con estos rollos (a excepción del familiar que solo estorba), y además se le reconoce que no toma partido aunque pareciera que si, critica tanto el comunismo que deja sin derechos a sus habitantes, incluido un genio cómo Alexey y el peligro de las dictaduras, pero también el peligro del capitalismo, sus mañas y perversiones, que incluyen a esa familia judía que robo a todos sus empleados, los Maxwell, que aun ahora sigue apareciendo en noticias con su hija Ghislaine, conocida por ser la principal cómplice del pedófilo "suicida" Epstein.
Si bien es cierto que mucho de lo que se cuenta no es real, las persecuciones, el villano de acción, el aeropuerto, y se toma muchas licencias - la realidad es que Rogers trabajaba con y para Nintendo desde un inicio, y esta empresa fue la que realizo todo el entramado para ganar, la historia merece ser conocida, y uno no puede evitar emocionarse al recordar el juego, y alegrarse de que Alexey gano dinero con esto, algo que Nintendo peleo mucho antes que Rogers, pero que Rogers logro finalizar con todo y una sociedad que sigue hasta la fecha, demostrando que las buenas ideas no tienen fronteras, ni ideologías, ni mucho menos cochinos sistemas financieros, y eso se tiene que celebrar porque nos unen mientras lo demás nos aleja unos de otros.
Calificación: Bastante Bien





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