En una platica clave de esta cinta el "profesional" teniente Lamarque (Jorge A. Jiménez) le suelta una anécdota sobre su pueblo sierreño a su halcón/colaboradora voluntaria Cielo (una majestuosa Arcelia Ramírez), el restaurante que están vigilando tiene buena cocina pero cuando fueron todos los platicos tenían como base el brócoli, al preguntar el porque contestaron que un camión de brócoli se volcó por culpa de unos ponchallantas de los narcos, y ellos aprovecharon, en su pueblo pasaba algo parecido y al mismo tiempo completamente distinto, una pronunciada curva hacia que se volcaran los camiones, haciendo que las personas se hicieran de comida, bebida y hasta lavadoras ultimo modelo aunque no tuviera ropa para usarlas, cuando comenzó la guerra contra el narco dejaron de usar ese camino y ahora las personas de por allá están tristes, y concluye diciendo que piensa que ni allá deben estar tan tristes ni acá tan felices, haciendo alusión a que más allá de los narcotraficantes el pueblo mexicano siempre ha sido así, convenenciero, vaquetón, aprovechado, cínico, y fuera de la ley.
Justo por ello este cáncer que ahora parece inextirpable sin matar al paciente creció tantísimo, porque este no es de unos cuantos delincuentes sino de todos quienes se ven beneficiados por el mismo, sea por lavado, por derrama económica, por alucines o porque agarran unos brócolis, el discurso doloroso y hasta polémico permea la cinta de principio a fin, acompañando en todo momento a una madre coraje que no quiere y no puede darse por vencida hasta que encuentre a su hija, esa que desapareció aquel día en que iba muy arreglada y alegre para encontrarse con su novio viendo el celular riéndose, un día normal que ve como cambia en el momento en que una camioneta cierra el paso a Cielo para informarle que si quiere ver a su hija los vea en unos minutos en un restaurante, donde le pedirán 150 mil pesotes como rescate, y la camioneta de su marido, para después pedir 50 mil más y solo quedarse esperando que la regresen, algo que nosotros como espectadores sabemos que no ocurrirá.
A partir de este momento, Cielo, que primero pidió casi como suplica el apoyo del marido (Álvaro Guerrero) que la dejo por una chamaca, acude nerviosa a levantar la denuncia donde un cínico burócrata le suelta que hay gente esperando más de tres horas cuando la escucha quejarse, y luego más convencida después de cierto evento traumático sigue los carros de los delincuentes para descubrir que dos jovencitas extorsionan los negocios locales, donde esta la casa de seguridad, y quienes conforman la banda, pero como solo puede ver y de paso ya la están asustando y visitando con amenazas se atreve a encarar al militar encargado de la zona que ni tardo ni perezoso se da cuenta que la mujer esta desesperada, que tiene un motivo muy fuerte para apoyarlos, y que le puede servir ya que conoce todo el teje y maneje del lugar, a diferencia de ellos que son cambiados cada poco tiempo.
Así que somos testigos de esta madre coraje que no detendrá ante nada ni ante nadie, sean las autoridades indiferentes, el marido buenas tardes, los vecinos y amigos que le "aconsejan" que ya pare, que es peligroso y hasta hacen comentarios fuera de lugar "¿a poco cree que todavía esta viva?" y hasta los delincuentes cinicazos como "el puma" (Juan Daniel Garcia Treviño dando el gatazo) que no tienen empacho en mentir a la cara, reírse de todos y amenazar enfrente de las autoridades, porque a final de cuentas ellos tienen la sartén por el mango, algo que descubre poco a poco Cielo casi como si entrara en una pesadilla, las autoridades coludidas, las que si quieren hacer algo atadas de manos, los vecinos y amigos traicionando, la sociedad completa acobardada, y hasta la madre de un delincuente llorando a moco tendido en la plaza porque se llevaron a su hijo, este momento hipócrita es tocado en otras ocasiones, con esas muchachas de mirada envalentonada que amenazan con ir a derechos humanos, otro personaje alegando humanidad en el momento clave en que la protagonista cruza esa línea, y el "están quebrantando mis derechos" de una escoria humana ante un detalle que no le parece, el mensaje es obvio, frente a estas lacras, estos seres que han perdido total humanidad, no parece haber otra manera que amenazar, amedrentar, torturar y asesinar, porque el sistema les sirve a ellos y solo a ellos.
Calificación: Bastante Bien




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