18/7/22

Cinecritica: Tigre Blanco

"TIGRE BLANCO" ("THE WHITE TIGER", INDIA - EU, 2021) DE RAMIN BAHRANI
Desde el inicio se nos deja claro como se vive en la India, o mejor dicho como es el sistema de vida, Balram (Adarsh Gourav, muy bien) nos dice en voz en off que le esta escribiendo un correo electrónico al primer ministro de China para tener una reunión con él, después de todo la India y China son el futuro económico del mundo comenta, y para convencerlo le cuenta como se convirtió en un poderoso empresario, los hindúes son como gallinas que ven como sus amos agarran y matan a otras gallinas, a lo que solo esperan pacientemente que les toque su turno, con el sistema de castas y un entramado político-empresarial totalmente corrupto no puede ser de otra manera, así por medio de un larguísimo flashback vemos como Balram fue un niño inteligente con un futuro brillante cortado por su abuela y padre cuando lo obligan a trabajar para poder pagar las rentas al terrateniente del lugar.

Años después el joven ve como su vida solo puede terminar como la de su padre y hermano, reproduciéndose como locos en la miseria total, por lo que decide convertirse en criado de algún ricachón y con eso tener esperanza, cuando su abuela le niega el dinero hace hasta lo imposible para aprender a manejar y convertirse en el chofer de el "amo",  aunque eso signifique pisotear al chofer en funciones, después de esto Balram parece ir por buen camino, con dos "amos" progresistas, occidentalizados y "humanos", el moderno Ashok (Rajkummar Rao) y la progresista Pinky (Priyanka Chopra Jonas) que se enfrentan, debaten y quejan cada que pueden del sistema hindú que es inhumano y desactualizado, muy pronto Balram se da cuenta que esto solo es de dientes para afuera ya que ninguno renuncia a sus privilegios, y aunque tratan a los sirvientes como amigos lo cierto es que los detestan y infravaloran tanto como los otros.

Frente a esto y con el problema adicional de un sobrino solovino Balram pone en marcha un ingenioso plan que hará que se destaque y lo sacara de la miseria, para por fin convertirse en ese tigre blanco que siempre supo que era y que representa una belleza que ya no esta dispuesto a perder. Bahrani nos regala una crónica realista de como es la India en realidad, con personas que no se cepillan los dientes en toda su vida, y que pueden vivir solo sirviendo te o rompiendo carbón como única actividad, con el sistema de castas, empresarios corruptos y hasta políticos populistas, e idolatrados, que se supone son la salvación de los jodidos cuando en realidad están tan coludidos con los millonarios que hay espacio para uno mas en en esa cama individual, la producción se apega tanto a la realidad que por momentos parece que estamos viendo un documental, la fotografía respeta esa idea y algunas tomas son muy interesantes.

En cuanto a la historia no queda mas que decir que estamos ante una historia de superación personal que seria aplaudida por el capitalismo más rapaz, Balram hace todo lo posible por salir del lodazal e incluso devora una que otra gallina, hasta que se da cuenta que no puede salir de ahi sin convertirse en lo que odia y devorar no a la gallina que esta igual de acabada que él sino al tipo que las degolla, aunque esto signifique perder totalmente la moral y aceptar la perdición de su familia con tal e salvarse, todo esto con muchas escenas poderosas como los alegatos familiares de los derechos de los pobres mientras reciben masajes de pies, la presión cuando quieren salvar el pellejo de esa locura de borrachos, la extorsión al chofer musulmán, el clímax de la cinta y ese valiente epilogo, y es que aunque la cinta cambie su piel de parodia cómica a cine negro lo cierto es que en ambas partes mantiene los mismos villanos, que no son ni siquiera esos terratenientes o déspotas millonarios, sino esos progresistas modernos que son peores, porque son iguales que los otros pero ademas hipócritas.

Calificación: Notable

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