Cho Hsiao-lei (Gingle Wang, exquisita en su papel de adorable/desesperante perdedora) esta muerta, ahora existe como fantasma, y junto a su mejor amiga Camilla (Pai Ching-I) se la pasa quemando el tiempo con la única preocupación de conseguir que comer, y de paso mofarse de las animas del parque que intentan asustar a los vivos con poco éxito en el hediondo baño publico que disputan un trio de animas en pena, hasta que cierto día comienza a desvanecerse, esto debido a que su familia ha perdido su objeto más querido, solo le quedan treinta días antes de desaparecer en la nada, y la única opción que encuentra es ganar una licencia para asustar, ya que con ella puede mantenerse en el mundo de los espíritus, siempre y cuando asuste a algún incautó cada tanto y con ello llene los bolsillos de la avariciosa organización que controla todo.
El detalle, es que los fantasmas no tienen los atributos sobrenaturales qué les damos, simplemente son invisibles a los demás (a menos que carguen su licencia) y que pueden recibir daño sin consecuencia, lo que les da la opción de mover objetos, tirar cosas, doblarse y aguantar castigo mortal sin preocuparse, pero si sufriendo. Por lo que asustar a los vivos es más una puesta teatral - cinematográfica- qué algo fantasmal, con extravagantes y llamativos atuendos, maquillaje exagerado, juegos de luces y sombras, astuto uso del color de fuentes y decorados, inteligente uso del ambiente, y por supuesto, grandes actuaciones, ya sea de contorsionistas, ojos pelados, sonrisas macabras, apariciones súbitas, chillidos espeluznantes y todo lo que conectamos al horror oriental que fue tan popular a inicios de este siglo.
Con este imaginativo mundo creado por el director y guionista Hsu uno de inmediato toma interés, si además lo llena con una intensa rivalidad hilarante entre la tradicionalista Catherine (Sandrine Pinna, muy bien) y la novedosa Jessica (Yao Yiti, bastante bien como creída detestable), un escandaloso manager bigotudo (Chen Bolin), un soso asistente gordito (Soso Tseng) y la tierna y desesperante Cho tratando de hacer lo mejor que puede al tiempo que libra con su inseguridad, tenemos el caldo perfecto para una desternillante parodia fantasmal donde incluso después de muertos, tenemos que trabajar para existir, con todo y crítica al capitalismo con ese sádico director de empresa al que solo le interesan los números, y el billuco, so pena de fenecer espantosamente, pero siempre con muchísimo humor qué nos causa carcajadas a cada instante.
El humor es la carta fuerte de la cinta, uno irreverente, ridículo, negro, sangriento, ácido, mordaz y por momentos hasta tierno, sin que el director renuncie al género ya que puede darnos algunos buenos sustos y mucha sangre, con un uso formidable de efectos prácticos, maquillaje, música y fotografía, con múltiples referencias a las leyendas urbanas y cintas de terror (mi favorita es a la tenebrosa "Shutter") , riéndose siempre de si misma - la escena del cambio de actor/actriz en el pasillo es hilarante -, y al mismo tiempo tierna en su mensaje, con personajes quebrados qué no se dan por vencidos, ni en esta vida ni enla otra, sean como un grupo de adorables perdedores, o como luchadores incansables de un día más de vida ¿o muerte? Y con un mensaje muy interesante e impresionante que aprende la protagonista durante su desarrollo, ella como una buena para nada nunca pudo ser feliz, por una cruz que le impusieron y se impuso, pero ahora puede visitar a su sobrino para decirle algo tan importante como "no tienes que ser alguien especial, no importa..." uff, no está nada mal para una parodia de horror.
Calificación: Bastante Bien





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