15 octubre 2025

Cinecritica: Camina o Muere

"CAMINA O MUERE" ("THE LONG WALK", ESTADOS UNIDOS - CANADA, 2025) DE FRANCIS LAWRENCE
Cincuenta jóvenes elegidos por un "sorteo" van a participar en "La Larga Marcha" del titulo original, uno de cada estado de la "tierra de la libertad", los Estados Unidos que desde alguna "gran guerra" en el pasado, quedo devastada y manejada por un sistema militar totalitario, la primera imagen que vemos es la carta que recibió nuestro protagonista, donde se le informa de que tuvo la suerte de ser elegido, y por ende el orgullo de representar los ideales del sistema, y por supuesto la oportunidad de ser el ganador, después de esto vemos a Raymond Garraty (Cooper Hoffman, el Gary de "Licorice Pizza") llegar al lugar de inicio acompañado por su madre (Judy Greer), quien sufre desesperadamente porque ya sabe lo que se viene, nosotros todavía no, no podemos ni imaginarlo al ver a todos tan tranquilos, sonrientes, bromistas y hasta esperanzados, pero cuando comienza la marcha todo tiene sentido, los participantes tiene que caminar sin una meta al final, el que prevalezca será el ganador, y los perdedores... perderán todo.

Es así que estos chamacos arriesgan todo por una oportunidad que de otra manera nunca tendrían, tanto dinero que serán multimillonarios toda su vida, y el acceso a un deseo que puede ser lo que sea, siempre y cuando no vaya contra el sistema o sea una subversión contra el mismo, es decir, aunque se escucha muy bonito lo de pedir lo que sea, la realidad no es así, solo es una propaganda para que los espectadores, que siguen a los participantes por las grabaciones de esas cámaras en los tanques que los acompañan, se emocionen a más no poder con esta lucha encarnizada por sobrevivir, de tal manera que justamente después de la competencia, los resultados del trabajo mejoran, el animo de las personas aumenta, y el optimismo se va por los aires, lo que se convierte en utilidad para el gobierno y los poderosos, las reglas son sencillas, todos deben caminar hasta que quede uno solo, el ritmo debe mantenerse en cinco kilómetros por hora como mínimo, el reloj que cargan muestra la velocidad, y cuando baja de estos reciben una sanción, tres son el limite, y después de esto simplemente les pegan un tiro en la cabeza.

Caminando a la velocidad correspondiente por una hora seguida los hace perder una multa, si se salen del camino también son eliminados, y no hay concesiones de ningún tipo, deben comer, beber, orinar, dormitar y hasta cagar mientras siguen caminando, no existe vuelta atrás, nadie puede salirse, y solo puede haber un ganador, Stephen King escribió esta historia como una critica directa al sistema militar estadounidense en plena guerra de Vietnam, donde los sorteados tenían eran obligados a ir a morir en esa desastrosa guerra, el libro se edito más de una década después bajo un seudónimo, y nunca se considera entre sus mejores obras, siendo sincero no la he leído, quizá salio a la venta cuando la analogía ya no era tan pertinente, pero en estos tiempos, en estos momentos cuando el vecino del norte esta tan militarizado, con redadas por todos lados, y un bufón como presidente que miente cínicamente al tiempo que se vanagloria a si mismo mientras lleva al país a un hoyo este discurso no queda tan lejano de la realidad, se podría decir que es más pertinente que nunca, una situación que podría hacerse realidad en cualquier momento.

Este futuro distópico es mostrado por Lawrence de manera seca, minimalista, casi fría, con una puesta en escena que opta por ser eficiente, y sin grandes dramas ni tragedias, todo se sigue con la cámara, vemos las platicas de los muchachos, la camaradería que surge entre ellos, los diferentes tipos de vistas, las diferencias en sus vidas, la animadversión rugida entre algunos de ellos, y la amistad sincera que nace entre otros, además de que la empatía nunca deja de existir, a pesar de que conozcan que es imposible que los demás sobrevivan si quieren ganar, o que no morirán para que el otro persista, todo esto en una fotografía hermosa con tonos apagados, grisáceos, y un diseño artístico que nos lleva a una versión del purgatorio, sin nada alrededor más allá de autos quemándose, casas abandonadas, y personas curiosas que ven a los participantes con morbo y aprehensión, junto a una música que aparece lo justo, para nunca estorbar en esa violencia cruda, que aparece como termina, sin aspavientos, regodeos ni dramatismos, obligándonos a ser como los pobres condenados que no pueden mirar atrás ni detenerse.

Pero más importante que era lectura anti-militar, es esa necesaria analogía del capitalismo que hace el guionista JT Mollner a la historia, donde nosotros justo como ellos no podemos detenernos porque moriríamos, no tendríamos dinero para sobrevivir, el sistema nos obliga a levantarnos ansiosos, matarnos trabajando, y morir en la esperanza de tener éxito en el sistema, que es simplemente hacer más y más dinero, somos ese galgo obligado a perseguir al conejo como confiesa uno de los participantes, pero el galgo nunca podrá alcanzarlo, justo como nosotros, a quienes se nos vende la idea de que esforzándonos al punto de darlo todo podremos convertirnos en uno de esos lideres militares que manejan todo, pero es una ilusión, nunca lo seremos, solo nos utilizan para ellos no tener que esforzarse, nos martirizan para con nuestro sufrimiento disfrutar una cena deliciosa y descansar un sueño reparador, como el Mayor encarnado por Mark Hamill, si uno sale del sistema es liquidado, y lo que es peor, nos obligan a pelear entre nosotros convenciéndonos de que necesitamos superar/aprovechar/liquidar a los demás para poder tener éxito, pero ¿a cuantas personas conoce uno que trabajado honradamente y por puro merito venzan al sistema? 

Por lo menos Mollner y Lawrence no son tan desesperanzadores, si no se puede vencer al sistema, por lo menos si se puede elegir a las personas que tenemos a nuestro lado, reír, bromear, llorar, sufrir, ayudar, y pelear con ellos, justo como Garraty y el optimista Peter McVries (David Jonsson, bien), quien siempre ve el lado amable de la vida, y de todos los demás, el creyente Art (Tut Nyout), el bromista Hank (Ben Wang), el aguerrido Collie (
Joshua Odjick), el soñador Richard (Jordan Gonzalez), el pesado Stebbins (
Garrett Wareing), y hasta el desquiciado Gary (Charlie Plummer), solo por eso, vale la pena la dolorosa caminata, aunque tampoco estaría mal algo de rebeldía solo para no dejarles las cosas tan sencillas, ser aunque sea una piedra en el zapato de esos sádicos que pueden sacrificar vidas ilimitadamente para su propio beneficio.

Calificación: Muy Bien

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