Un Santa alcoholizado y malhablado (David Harbour en un papel que le va al dedillo) se queja amargamente de la sociedad en nochebuena con la barrera que lo atiende y otro santa que anda de buenas, el deprimido Santa le pregunta al otro porque lo hace y este con apenas cuatro años en esa chamba le contesta que por dinero, a lo que se queja nuevamente que a todos solo les importa el dinero, pero entonces el otro añade que también por las sonrisas en los rostros de los pequeños, esto saca de quicio aún más al otro, los niños solo quieren cosas de marcas y videojuegos violentos, todavía no terminan de abrir el regalo cuando ya babean por el siguiente, para él los niños actuales no son más que junkies enanos, malditos bastardos capitalistas, después de esto se retira pero por la puerta para la azotea por lo que es perseguido por la mujer que descubre que en realidad es el verdadero Santa Claus, su rostro cambia, el ambiente también, la toma intenta ser esperanzadora, la música acompaña el momento y... le cae vomito del Santa borracho en la cabeza.
Este inicio resume a la perfección lo que veremos los siguientes minutos, una cinta navideña, ad hoc con la temporada, pero con el estilo de Wirkola, rompiendo el esquema con un humor gamberro marca de la casa del director noruego de "Zombis Nazis" y "El Viaje". Santa viaja por el mundo entregando regalos y despreciando galletas salidas de empaques industriales, deja regalos a lo que lo merecen, que se complementan con los regalos de los padres - lo que hubiera explicado a mi yo pequeño porque los mal portados richachones de la escuela tenían los mejores regalos -, cuando llegue a la mansión de unos multimillonarios despreciables será testigo de cómo son atacados por asaltantes que liquidan a casi todos y los toma como rehenes, intenta irse pero la niña (Leah Brady) esta en la lista de los buenos - de los pocos según este Santa -, y le hizo galletas caseras, no puede dejarlo pasar, por lo que se enfrasca en una batalla sin cuartel contra ellos, primero tibiamente y salvándose casi por casualidad, después asumido con toda la enjundia de su pasado como guerrero nórdico, todo sea con tal de salvar a un alma buena e inocente.
Cinta navideña de acción y humor negro que tiene sus mejores momentos en el Santa de Harbour, se nota que el actor está en su mero mole, suelta groserías con gracia, tiene un cinismo contagioso, un porte badass que lo y hace ver fachero, y en medio de todo esto logra ser el amable y bondadoso Santa Claus de toda la vida, con todo y momentos emotivos que de alguna manera funcionan con la pequeña Trudy, que a su vez tiene un mini arco homenaje/parodia/saqueo de "Home Alone" que no molesta tanto, el villano exagerado encarnado por John Leguizamo funciona, el actor sabe como tomarlo de tal manera que tenga un trasfondo y motivaciones adecuadas, lástima que no se pueda decir lo mismo de muchas otras tr4amas secundarias, desde los villanos que son presentados y se les da peso para luego olvidarlos, hasta la familia que nunca deja de caer mal y al final obtiene demasiadas conveniencias, esto además de un ritmo algo irregular la alejan mucho de ser un producto redondo.
Pero esto no evita que sea disfrutable, y que por un milagro de navidad la cinta tenga y rescate todos esos valores que sabemos son intrínsecos a este subgénero; la importancia de la familia, el poder de la fe, el valor del amor, la esperanza en la humanidad, y esa magia navideña que hace que incluso peleando por los terrenos la reunión navideña tenga esa sensación tan especial, es cierto que defiende demasiado a los ricachones, pero hasta ellos terminan convencidos, tal como Santa recupera su fe en la humanidad, y hasta uno en que quizá las buenas cintas navideñas todavía pueden existir.
Calificación: Vale la Pena
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