Al cabo de unos minutos no pude evitar el pensamiento "hay un poco de documental en tu amarillismo", y es que la manera en que se presentan las imágenes y los sucesos dejan claro que lo que vemos no es el trabajo de un cineasta sino el de un periodista de la nueva escuela, que busca el sensacionalismo y el morbo por encima de todo, incluso por arriba de la acción informativa, sumado a esto el sesgo político de lo que vemos en pantalla es innegable, solo se le otorga voz a los que le dan de palos a Putin y casi calla a los que opinen contrario desestimando su voz, es decir, manipula la información, esto llega al límite de la ridiculez con algunos médicos echando discursos políticos mientras mueren pequeños frente a ellos sin mover un solo dedo para ayudar, es más importante dar su punto de vista y tener muertitos que sustenten el argumento que enarbolan.
Sumado a esto tenemos periodistas que se esconden de los bombardeos antes y ganándoles el campo a mujeres embarazadas y niños, y lo peor de todo, una cansina y soporífera voz en off que intenta imitar en vano a algunos maestros como Herzog, pero a diferencia del genio aquí no se tiene nada que decir, por lo que se limita a palabras y frases huecas que se creen poéticas y que afectan la fuerza de lo que vemos en pantalla, pero dejando de lado todos esos defectos es innegable la fuerza de las imágenes por sí mismas, no en todo momento, pero en su algunos puntuales como cuando las personas prácticamente mueren frente a la cámara, los heridos de toda índole, ese bebe que vuelve a la vida y es por mucho el mejor momento del documental, momentos de la invasión con tanques, y ver a los ciudadanos ucranianos robando en tiendas y otros lados.
Estos momentos donde en medio de la destrucción y la muerte donde un tipo se roba una pelota de futbol, o un chamaco se trae una abundante "despensa" de electrónicos que por supuesto nada tienen que ver con sobrevivir al tiempo que dice bien campante que le cayó una bomba a sus amigos y no saben si están vivos, "y justo por ello corriste y de pasada agarraste electrónicos de valor en el camino" piensa uno, pero estos momentos se pasan de refilón, sin darle importancia, la voz en off no hace comentarios sobre eso porque sigue escribiendo poesía que parece sacada del trabajo de un niño de primaria, pero por esas imágenes vale la pena ver el documental ganador de un oscar, además del cinismo de los medios rusos, quizá este documental en mejores manos pudo tener calidad, pero le toco a quien toco, aunque ciertamente ojala no le hubiera tocado a nadie, y que nada de esto hubiera sucedido.
Calificación: Interesante
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