Tess (Georgina Campbell, un agradable descubrimiento) llega en medio de una noche lluviosa en su camioneta a un lugar desolado donde solo parece mantenerse en pie una acogedora casita, la chica ha rentado el lugar por medio de una aplicación el lugar pero no encuentra la llave para entrar, nadie le contesta y cuando esta a punto de irse ve una luz encenderse, cuando toca descubre que alguien más se hospedad ahí, el amable y acelerado Keith (Bill Skarsgard, cada vez entregando mejores interpretaciones) al que parece gustarle la chica quien no acepta las insistentes llamadas de su ¿ex? novio, por supuesto que Tess sospecha en todo momento del tipo, y nosotros también, desde que acepta pasar por la puerta y aparecen los créditos esperamos lo peor, después de todo estamos ante una película de terror y cliché obliga que el encantador desconocido resulte ser una amenaza, por lo que pensamos lo mismo que Tess, quien ni tarda ni perezosa le pide pruebas de que también rento el lugar y ante el desagrado de este por la desconfianza tenemos más reminiscencias.
Tess no se toma el te que le preparan sin pedirlo, mantiene su distancia, es renuente a aceptar cualquier idea o cosa que venga de él e incluso toma fotos de su información personal rebasando una linea en la que ya no estamos de acuerdo, pero aun así, por mas encantador, comprensivo y respetuoso que sea Keith, seguimos con cierta desconfianza como la protagonista, que aun después de compartir una botella de vino y una enriquecedora platica con todo y bromas al final no termina de fiarse del tipo, menos aun cuando en la noche escuche algo, vea su puerta abierta y lo vea tener pesadillas, cuando va a verlo uno desconfía de él aun más que ella, Cregger ha logrado su cometido, a jugado con nuestras expectativas y con los clichés, y actualidad obliga, con esa desconfianza que tenemos todos, incluidos hombres y mujeres, por el genero masculino, cual si todos fuéramos unos monstruos hasta que se compruebe lo contrario.
Todo esto motivado por el guion, unos personajes construidos inteligentemente y una astuta dirección que nos regala siempre close ups al rostro preocupado, feliz, triste, molesto, desconfiado y asustado de Campbell en tanto mantiene a Skarsgard desenfocado al fondo, fuera del encuadre, lejos de la cámara, para que no veamos su rostro en todo momento, causando así una desconfianza buscada, y el tipo resulta ser un tipazo, interesante, chistoso y consciente de lo que vive la chica, esto se nota en la hilarante escena donde explica cantinfleando porque no ha abierto la botella de vino, aun así Tess sufre algunos percances que la hacen querer irse del lugar del que querrá salir chicoteada cuando se quede encerrada en el sótano por una razón desternillante que causa tanto nuestras sonrisas como el temor y la tensión, ya que en el lugar hay una puerta oculta, que da a un lúgubre pasillo con una horripilante habitación al final.
Keith llega pero no quiere salir del lugar huyendo, tiene que verlo por sus propios ojos y demostrarle a Tess que es un hombre, lo que sigue es una pesadilla, esta es la primer parte de una película inquietante, que presume mucha inteligencia, suspenso y tensión en esta parte, que muta de una cinta de suspenso a una romántica y finalmente una de terror, después de un corte abrupto conocemos a AJ (un sensacional Justin Long) quien es un actor pedante y creído que recibe la noticia de que su compañera de reparto de lo ha acusado de violación por lo que la cadena y hasta su asesor financiero lo han abandonado, con las deudas hasta el cuello decide vender sus propiedades en la destruida Detroit resultando ser el dueño de la casa de renta, al entrar piensa que alguien la esta habitando, descubriendo la puerta secreta y los pasillos subterráneos, esta segunda incursión en lo profundo del infierno tiene una razón mucho mas desaforada que la primera y es inevitable reír a carcajadas, aunque ya sabemos lo que le espera.
Esta segunda parte es mucho mas ligera, con un personaje despreciable pero simplón, que se metió en un problemón y busca otro mucho peor, para dar paso a una tercera parte que comienza mucho más colorida, con ese Estados Unidos antiguo donde todo era felicidad, romantizado al grado de ser deformado, pero que esconde los peores monstruos, uno que no se esconde en unos túneles/catacumbas sin luz sino a plena luz del día saludados por todos los vecinos, dando paso a una parte final donde entendemos todo, la raíz del mal, el verdadero bárbaro, la critica a la sociedad, a los gobiernos, a las autoridades que ven ciudadanos de primera, segunda y tercera, al machismo dañino que se ve representando en ese monstruo desalmado y al monstruo actual actualizado, menos cínico pero quizá por ello más despreciable y que a final e cuentas son los que creadores de ese monstruo deforme, y a esa desconfiada chica que ya no es capaz de diferenciar entre los buenos hombres de los otros, cual si fuera una metáfora de las relaciones, un patán la destruye, ella no puede fiarse y destruye al hombre bueno para, por culpabilidad, arriesgarse con un nuevo patán peor que el anterior que no duda en salvarse el pellejo tirándola a la basura en ese desquiciante final, todo esto con mucho humor, suspenso y terror en un mundo donde los barbaros campan a sus anchas, andan en plena luz del día, son queridos, admirados y hasta emulados.
Calificación: Excelente
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