8/4/23

Cinecritica: Las Niñas de Cristal

"LAS NIÑAS DE CRISTAL" ("ÍDEM", ESPAÑA, 2022) DE JOTA LINARES
Una joven baila en una azotea para al final tirarse al vacío, con esta bella y choqueante escena comienza este largometraje de Linares que hace uso de todos los clichés de este subgénero sobre ballet, la maestra estricta y agobiante (Mona Martínez, muy bien), la madre que refleja sus sueños en su hija (Marta Hazas), la madre preocupona (Ana Wagener), la rival celosa que le hace la vida de cuadritos a la protagonista (Olivia Baglivi), el bully de turno, la obsesión por la perfección, el estrés y presión prolongado, la anorexia y bulimia, la manía de pesarse y tomarse tallas, y la fragilidad mental, pero todo esto lo hace de buena manera separándolo en dos actos siendo el segundo mucho mejor, ya que se puso todo sobre la mesa, después del suicidio inicial de la admirada María el papel ahora es de Irene (María Pedraza en estado de gracia, un grato descubrimiento para un servidor) quien de inmediato se convierte en el blanco de los celos, ataques y sabotajes de los demás, en especial de Ruth (Baglini).

A la compañía llega Aurora (Paula Losada, bien), una tímida chica con una marca de nacimiento que oculta con su cabello pero que baila como nadie, las dos muchachas se hacen grandes amigas y Aurora le revela su secreto, cuando baila imagina que lo hace en un mundo imaginario perfecto con todo y personas de cristal, Aurora le ayuda a sobrellevar todo y ambas se complementan, pero nada es así de sencillo, Irene no solo lidia con los problemas en su trabajo sino que su propia familia la ataca, su padre no le ve futuro a lo que hace, su madre la cuestiona siempre, y a su hermana le vale un cacahuate el asunto, en tanto que Aurora sufre el acoso de una madre sobreprotectora que vive a través de ella el sueño que no logro, del que culpa en parte a la chica por el embarazo, y para acabarla de amolar Aurora se topa con uno de los comunes hombres que engatusan y juegan con los sentimientos de la mujer causando la fatalidad con la que culmina el primer acto.

Parece obvio como termina todo, y en parte es así, pero Linares nos lleva por un buen camino más allá de cierto estancamiento hacia la mitad de la cinta, lo meloso de lo visual en los bailes es entendible por la psique de las protagonistas, pero en general hace un buen uso del encuadre, sabe jugar con las luces y sombras en la fotografía, y deja que sus dos protagonistas brillen lo mas que puedan en una cinta que les pertenece, en especial a Pedraza que ademas de maravillosamente trasmite en todo momento el estrés y la persecución que sufre, ademas se ve aun más hermosa de lo que es cuando baila y esto es merito del director que la deja brillar (la secuencia donde se lastima es genial), ademas aunque el final es algo apresurado casi en esta parte sucede algo harto interesante, y es que la película no solo se queda con la critica a la presión inherente al ballet y todas las artes sino que le da algo de voz por medio de la estricta Norma "el arte no es llevar una demanda, es algo hermoso que trasciende y se ama, por ello exige sacrificio", amén por ello.

Calificación: Vale la Pena

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