Iniciando debo apuntar lo obvió, todas las secuelas, precuelas, reboots y demás cintas que han intentado colgarse de la fama de esa tétrica y perturbadora obra mayor que es "La Masacre de Texas" original de 1978 no son más que tibios intentos, apéndices, ideas innecesarias que no han podido emular ni acercarse un poco a la maestría de la obra original, bueno, siendo sinceros la incomprendida secuela de Hooper si merece mucho la pena, pero el caso de toda esta larga divagación es que en si no todo lo que venga de esta "saga" no es necesario, ni siquiera como homenaje o parodia, pero aún así siguen haciéndose y esto seguirá así hasta quien sabe cuando, quizá siempre, unas peores que otras y por fin llegamos a esta nueva secuela que siguiendo el ejemplo de las nuevas Halloween nos dice que olvidemos todas las demás y que esta si es la verdadera secuela real de aquella mítica película del 74, ¿cumple con las expectativas? Por supuesto que no pero en lo particular la disfrute por razones ajenas a la historia original.
Y es que esta matanza de Texas deja de lado casi toda la seriedad que siempre ha impregnando a los tibios intentos de emular la original y entiende un poco más el espíritu de Hooper, quedando lejos de él por supuesto, pero usando a Leatherface (Mark Burnham con imponente cuerpo gigantesco) para darle una lección a esos idiotas de las generaciones actuales, por lo que no entiendo las quejas de que los protagonistas no caen bien o que no son aprovechados, son simple carne de cañón para que el verdadero protagonista, o sea ese tipo con motosierra y caras superpuestas haga una masacre como dicta el título, y que bueno que es así, no llega tanto como a sátira pero es algo parecido y en lo personal no pude evitar en ocasiones la carcajada o la sonrisa sincera, principalmente en los momentos donde Leatherface hace lo que todos desearíamos frente a esta bola de subnormales que se creen la salvación del mundo y navegan con una falsa bandera de superioridad moral.
Un grupo de idiotas progresistas dejan la ciudad para gentrificar el abandonado pueblo de Harlow en Texas, famoso por los acontecimientos descritos en la cinta original, y haciendo negocio con ello, así la feminista liberal (Sarah Yarkin), el negro sensible que se víctima y cree que merece todo por existir (Jacob Latimore), la "artista" moderna (Hell Hudson) y una traumada superviviente de tiroteo (Elsie Fisher) llegan a una gasolinera donde se topan con un texano chapado a la antigua (Moe Dunford) que no solo presume su pistola tranquilamente sino que conduce una camionetona toda contaminante, a diferencia de los citadinos que conducen un auto eléctrico e inteligente que ni siquiera ocupa manejarse (esto sera importante al final ya que no puede arrancar de una como loco como si lo haría un carro normal), ya en el lugar Richter les pregunta que son "¿un culto? - Somos individuos idealistas que queremos construir un mundo mejor - Si, eso es in culto", ya con esto queda claro por donde va el asunto, los pesados progres sacan a una mujer (Alice Krige) de su casa porque tiene una bandera confederada y con violencia por decir negro cuando si era suya, lo que ocasionada que el tipo que ella cuidaba enloquezca y empiece a acabar con todos, ya sea el grupo de ineptos emprendedores, o todos los idiotas generación Y y Z que vinieron a comprar terrenos, y sin temor alguno por más que cuando esta a punto de ocurrir la escena más violenta de la cinta lo amenacen con cancelarlo si hace algo, uno hasta le echa porras, lástima que desperdicie otro personaje sacado de la original y que le falte algo a esta versión del asesino, pero uno puede verla y disfrutarla, con todo y sanguinario final que uno aplaude, no por bueno en si sino por la satisfacción culposa de esos idiotas recibiendo su merecido.
Calificación: Palomera
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