Cinecritica: Las Elegidas

LAS ELEGIDAS (ÍDEM, MÉXICO, 2015)

Después de que Ulises (Óscar Torres) recibe la "prueba" de amor de la ingenua Sofía (Nancy Talamantes, muy bien) la lleva a una carne asada donde se celebra el cumpleaños 54 de su suegro, el parlanchin Marcos (Edward Coward) que parece muy buena gente e incluso ha rescatado dos perritos de la calle, con esto Sofía se siente mucho mas confiada con su novio, pero los espectadores notamos algo malo, y no solo que Ulises este serio, existe algo incomodo en el ambiente que nos propone el director y guionista David Pablos, la familia parece demasiado correcta, estudiada, como si guardaran un secreto, casi de inmediato lo sabremos, Marcos es un padrote que ademas de tener a su familia viviendo impecablemente también hace negocio con la trata de blancas, mandando jovencitas adolescentes a un burdel donde son prisioneras mientras el toma todo el dinero, $ 7000.00 es la cuota diaria y pobre de la que no lo llene, el detalle es que Ulises se enamora de Sofía e intenta rescatarla, le confiesa todo y gana aun mas su confianza, por supuesto que la niña de catorce años terminara en la garra de estos depredadores sexuales en la ciudad fronteriza de Tijuana.

Ulises quiere sacarla de ahí pero para ello debe entregarle a una chica en su lugar, por lo que comienza a cortejar/engañar/alienar a la casi adulta Martha (Leidi Gutiérrez), por lo que somos testigos de todo el proceso que hizo con Sofía pero de forma mucho mas meticulosa, el acercamiento, las citas, el estudio, el ganárselas con detalles y regalos, las preguntas sobre la familia para saber que tan solas estan, la victimización con la que juegan estos victimarios, en tanto Sofía se enfrenta día a día con la explotación sexual, soportando a viejos, jóvenes, ricos y pobres a los que solo les interesa poder aprovechar los servicios de una chica a la que no conocen y que menos les interesa. Existe la tendencia de decir que el cine denuncia o que toca temas sociales "importantes" solo por este hecho es buen cine, una sentencia con la que no podría estar mas en desacuerdo, pero funciona, la mayoria de los mexicanos, los periodistas y los premios a cada rato dan premios a premisas por mas que la ejecución sea desastrosa.

¿Por que este largo texto explicativo sobre mi opinión? porque el buen cine existe en cualquier lado, y para muestra esta película denuncia de David Pablos, que no solo pone en pantalla un tema que para los mexicanos es casi tabú, la inmensa trata de blancas sobre la que todo mundo parece callar y permitir, y esto lo hace ademas desgranando como funcionan estas bandas de criminales, donde no se secuestran a la chica que ven pasando por la calle sino que les lavan el cerebro y las alejan de familias y conocidos, de mujeres que pierden su capacidad de decisión propia, de como el negocio funciona como una pirámide donde hasta los victimarios tienen miedo de los de arriba, sea la encargada del burdel que teme a los hijos reclutadores, y estos a su vez a su padre, ese dialogo desgarrador que nos sume en la realidad de que los policías trabajan con y para ellos, y todo lo que eso significa, es decir la confabulación del gobierno.

Y por supuesto esa valiosa decisión de Pablos de no mostrar sexualidad explicita, o por lo menos no abusar de ella para aprovechar el amarillismo y el morbo, en lugar de eso nos pone la cara desencajada de nuestra protagonista tanto cuando ve a otros hacerlo como cuando la escuchamos a ella, y los rostros y cuerpos de los tipos que se aprovechan de la chica sin consideración alguna, de esta manera asociamos el sonido sexual con tristeza, desasosiego, rabia e impotencia, sumado a la atmósfera claustrofobica que crea el director con los encuadros cerrados donde lo que mas vemos son las paredes en las que estan atrapados nuestros protagonistas hace que nos trasportemos de inmediato al sentir de esas pobres jóvenes elegidas, como la protagonista Sofia que pierde su inocencia, su libertad y hasta su nombre pero nunca su corazón y esperanza, que no escapa por temor y que desgraciadamente termina con un final que nos remite al inicio, con esa carne asada con otro significado, uno que pudimos sufrir a cabalidad con la segunda carne asada, esta vez para Martha, con el mismo pastel con un 54 en vela pero con otra realidad para los espectadores, una que se repite día con día en nuestro país.

Calificación: Muy Bien