Estamos en un edificio pasadas las siete de la mañana, donde el velador Martín (Hector Bonilla, bastante bien) se levanta de su mesa para abrir la puerta de entrada, empiezan a entrar los trabajadores de ahí, Martín se encuentra ahí porque todavía no llega su reemplazo, algunos otros llegaron temprano porque así los cito su jefe, el pomposo Lic. Pellincer (Demian Bichir, bien) quien llega con asistentes y no desaprovecha la oportunidad de echar un ojo a la nueva y coqueta empleada que esta a punto de heredar una "plaza", todo esto filmado en un plano secuencia impecable por parte del fotógrafo Juan Pablo Ramírez Ibáñez que da en el clavo con lo que el director Jorge Michel Grau intenta mostrar en pantalla, mientras vemos el plano secuencia nos sentimos tensos e incómodos ante la tranquilidad que vemos en pantalla, despues de todo a diferencia de los personajes nosotros si conocemos lo que sucederá, lo que no impide que cuando llega la hora del titulo y desde la televisión la conductora Lourdes Guerrero intenta calmar a todos al igual que el Lic. Pellicer, nos caiga como una losa encima.
Después de pasar por los escombros del edificio, cual monstruo dispuesto a digerir a sus victimas, la cámara se centra en la cara del Lic. Pellicer con un formato 4:3 para hacernos sentir aun mas claustrofobicos y desesperados, el licenciado encuentra una linterna y alumbra el lugar, el tipo tiene el cuerpo atrapado, y las piernas totalmente aplastadas boca arriba, en tanto Don Martín esta forma de C contra la mesa de donde apenas puede mover los brazos, los dos quedaron en el mismo lugar por lo que pueden verse con la tenue luz de la linterna y donde se darán ánimos y ayudaran para poder sobrevivir esto, al tiempo se escuchan mas voces que les dejan claro que todo el edificio se vino abajo ya que algunos son hasta del cuarto piso, y lo que es peor, cuando uno encienda una radio que trae de contrabando se dan cuenta de que no son solo ellos, toda la ciudad se cayo y las autoridades; bomberos, rescatistas, policías, etc., no aparecen por ningún lado, y aunque lo hicieran no se darían abasto.
Lo que sigue es una lucha por la supervivencia donde el formato se va abriendo mas, debido a que ya estamos claustrofobicos, ahora lo que intenta transmitirnos el director es temor y desesperación, y lo logra, y lo mas valioso de todo, sin abandonar los momentos cómicos de la cinta, que ademas de ofrecernos un respiro nos permiten sentirlos mas humanos y realistas, y donde la platica se siente extraña al estar en esa situación donde todavía se mantienen las diferencias sociales, se le sigue teniendo miedo y respeto al "jefazo", pero que poco a poco sera mas sincera diciendo que odian su trabajo, que su vida no les ofrece nada, y hasta la descalificación grosera y los reclamos despues de que cierto personaje confiese, despues de una alucinación sobre un ser querido, que estan ahí por las múltiples tranzas de gobierno, constructoras, ingenieros y arquitectos, sin duda la mejor escena del filme, y una deuda que tenia el cine nacional con las victimas del terremoto del 85, en la actualidad seguimos sufriendo los estragos de una corrupción que no parece terminarse nunca, y que el impecable diseño de producción y sonoro de la cinta les hacen tanta justicia como el guión del director que evita chantajismos y heroísmos baratos en pro de crudeza y dignidad humana.
Calificación: Vale la Pena
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