CRÍA PUERCOS (ÍDEM, MÉXICO, 2018)Esmeralda (Concepción Márquez, encantadora) llama su pedante hijo que la manda por un tubo, algo que parece repetir un día si y otro también, el hijo esta en el otro lado y parece que no podría importarle menos lo que les suceda a sus ancianos padres, despues de todo ya esta en el otro lado con una vida nueva, apenas pela a su madre que le miente diciendo que su papa esta bien pero que no puede hablar porque se encuentra dormido, de forma sutil con un movimiento y la gran actuación de su actriz protagonista el director y guionista Ehecatl Garcia nos muestra que el marido acaba de morir y que la mujer no pudo decirle la verdad al huraño hijo, este detalle se vera reflejado en el estilo de guión y la dirección de Garcia que con una fabula sencilla nos demuestra la vida de una mujer que se cree en el ocaso de vida, despues de enterrar a su marido la mujer se niega a comer por mas que sus amigas del pueblo le regalen comida, la cual termina como composta en el espacioso jardín de su casa.
Sin un marido a quien atender y con un hijo que la evita Esmeralda no tiene razón por la que vivir, pero esto cambian cuando una puerquita, una cuina que termina llamándose justamente así llega a su casa casi por azares del destino, Esmeralda la adopta y se dedica totalmente a cuidarla, con lo que regresan sus ganas de comer y vivir, de nuevo tiene alguien que la necesita y que le regala cariño, lo que veremos sera la vida y las anécdotas de la señora con la puerca que crece cada día mas, hasta llegar al grado de rebasar el tamaño de su dueña, tener chanchitos y completar el ciclo de la vida, todo esto mientras la relación con su hijo tiene vaivenes, aunque ya sabemos que con alguien así como hijo solo puede haber una conclusión.
Una película sencilla y amable que presume de una realización artesanal, unos actores que hacen muy bien su trabajo, una actriz encantadora que derrocha carisma y talento, un secreto de la protagonista que es tan polémico como real, y unos animales que terminan por ganar el corazón de los espectadores, ademas nunca se hace larga, anécdotas tan sencillas como hacerle un porqueriza, el parto con los pequeños chanchitos, la preparación de la comida, o la dolorosa espera en una austera parada de autobuses, al final Esmeralda comprende que puede, y debe, vivir para ella misma, o por lo menos así lo entendí, y que bueno que así sea, y mucho mejor si se comparte eso con una mascota que puede ser terca, mula, violenta, y muchas cosas más, pero que jamas sera malagradecida o indiferente, y uno termina agradeciendo eso cuando tiene mascotas.
Calificación: Competente
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