5/1/15

Cinecritica: Le goûter des bébés

LE GOUTER DES BEBES (IDE, FRANCIA, 1897)
Tres niños compartiendo la comida, unas uvas para ser exacto, dirán muchos que todo es muy bonito y que el niño es muy bueno ya que le da una uva a cada una para comerse la suya, y así durante todo el cortometraje, que resulta repetitivo por lo mínimo.
 
Dirán algunos que el corto nos muestra la humanidad de compartir y demás cursilerías, por mi lado lo veo como los inicios de un buen chulo, así resulta mucho mas interesante, entretenido y visible.
 
Calificación: Palomera

Cinecritica: Port et Vésuve

PORT ET VESUVE (IDEM, FRANCIA, 1896)
Un cortometraje que es una postal y poco mas, o mejor dicho nada mas, de nuevo el talento de los Lumiere para poner la cámara donde deben, pero de ahí a que sea una buena cinta pues hay un buen, lo que si es que de nuevo resulta interesante ver el modus vivendi de la gente.
 
Lo mejor del filme por supuesto es ese fondo nubloso con el mar y las montañas a lo lejos.
 
Calificación: Palomera

Trailer: Jaula


Fruslerias: Querida Lector (2)

¿Cuál será el recíproco perfecto de “feminista”? “Misógino” no es exacto. ¿Se valdrá “masculinista”? (Recuerdo un chiste de Gutierre Tibón: las mujeres que usan jeans apretados se ven más-culinas.)

En fin, ya puestos en plan de fregar, un masculinista podría rechazar que “la gente” sea un término femenino, siendo que abarca a ambos géneros y por lo tanto resulta discriminatorio. Una solución drástica sería adoptar como único género el tercero (neutro, común, ambiguo o epiceno). Así podríamos decir, por ejemplo, “lo gente” y todos contentos. Bueno, no todos. Seguramente alguien saltaría por ahí, molesto porque “lo” es para cosas ¡¡¡y las personas no somos cosas!!!

El problema es que esta ruta de meticulosidades no tiene fin, por la sencilla razón de que la susceptibilidad humana es infinita. Por eso hoy en EU tienes que andarte con sumo cuidado cuando hablas, no sólo de géneros, sino de razas, religiones, preferencias sexuales, tallas, oficios… y síguele.

A lo mejor esa puntillosidad nos conduce a un mundo más respetuoso y tolerante. Puede ser. Pero entonces tenemos que reformar un idioma generado por una realidad clasista, sexista y demás istas.

4/1/15

Cinecritica: Fête au village

FETE AU VILLAGE (IDEM, FRANCIA, 1896)
Poco que anotar, nos muestra como eran las fiestas en esos años y además ahora si la elección de la vista no fue la mejor, se pierde totalmente el baile que se supone es lo mas interesante, en tanto que resulta pintoresco ver la educación y como se manejaba la gente en ese entonces.
 
Nada que ver con nuestra frialdad y alejamiento, aun asi una cinta no conseguida.

Calificación: Palomera

Cinecritica: Course d'ânes: II. La course

COURSE D'ANES: II. LA COURSE (IDEM, FRANCIA, 1896)
Una carrera filmada, o mejor dicho el final de la misma ya que como no había cámara que se moviera pues simplemente ponen la cámara en el punto de meta y vemos pasar a los corredores y hasta algo de la premiación.
 
Poco mas que decir, de nuevo el hecho de la buena elección de ángulos.
 
Calificación: Palomera

Cinecritica: Charcuterie Mécanique

CHARCUTERIE MECANIQUE (IDEM, FRANCIA, 1895)
Uno de los filmes mas inventivos que he visto de los Lumiere, si no es que el que mas, no se si intentarían emular al maestro Melies pero esto es ficción, magia cinematográfica, engaño, y por ello se acerca mucho mas a un sueño que es lo que buscaba Melies, asi vemos a un grupo de ¿carniceros? ¿mecánicos? junto a una gran caja contenedora que en su nombre explica que es y donde meten un cerdo por un lado para después abrir el otro extremo y sacar todos los cortes de un cerdo pero ya terminados.
 
El chorizo, las piernas, los lomos, salchichas, y un sinfín de cosas, es obvio que todo es mentira, ni siquiera hoy existe algo asi, pero en ese tiempo con la credulidad de las personas puede haber sido que haya despertado alaridos, la imaginación y el asombro de ellas.
 
Calificación: Interesante

Cinecritica: Monza : LL. MM le Roi et la Reine d'Italie

MONZA: LL. MM LE ROI ET LA REINE D'ITALIE (IDE, FRANCIA, 1896)
Otro trabajo periodístico de los Lumiere, no parece tanto una cinta como una noticia, puede que no lo hayan pensado asi pero asi es, lo mejor de nueva cuenta es que saben donde poner la cámara, pero poco mas se puede presumir de esto.

Menos ahora que todo el mundo se da el lujo de grabar este tipo de eventos, aunque claro, a diferencia de ellos casi nadie sabe grabarlos bien.

Calificación: Palomera

Trailer: Kreuzweg (Stations of the Cross)


Fruslerias: Querida Lector (1)

Un gringo amigo mío, vecino de Boston, solía decirme que si no fuera por los méndigos negros él no sería tan racista. Supongo que algo parecido dirían los misóginos puros y las feministas rabiosas: si no fuera por las malditas viejas (o por los pérfidos hombres), no se les dispararían automáticas descargas de adrenalina cada vez que ven el circulito con la crucecita para abajo (o con la flechita para arriba).

Es en gringolandia donde el prurito por cuidar las formas verbales en lo referente a los géneros o sexos, se ha llevado a extremos francamente grotescos. Si no quieres ser colgado del poste más cercano por “ofensas intolerables a la igualdad de género”, siempre que hables de cualquier asunto relacionado tanto con hombres como con mujeres (ahora sí que al hablar genéricamente) tienes que decir siempre “his or her”, “he or she”, etcétera. Por ejemplo, en un memorando de oficina tienes que decir: “The employee must clean his or her desk”.

En ese aspecto el español tiene la ventaja de que el pronombre posesivo “su, sus” es aplicable a ambos géneros: un flanco menos que cuidar. Pero donde el inglés resulta más adecuado para estos fines es en los adjetivos y otros elementos gramaticales que allá son neutros y acá no: muchos flancos más que vigilar.

Por ejemplo, allá no te linchan si dices: “A careful employee”. Acá, siendo rigurosos, tendrías que decir: “Un o una empleado o empleada cuidadoso o cuidadosa”. Y todavía podría saltarte alguna radical exigiendo que inviertas el orden: “Una o uno empleada o empleado cuidadosa o cuidadoso”.

En todo caso, esa quisquillosidad trae complicaciones al lenguaje; lo vuelve pesado, cansino, artificioso, redundante. Pero eso es lo “políticamente correcto”. Y te friegas.
 
Fuente: Guillermo Farber