En un momento clave de la cinta la infiltrada del titulo, Mónica Marín con el nombre de Arantxa (Carolina Yuste, muy bien), pasa junto a un control de la guardia civil con el vasco Kepa (Iñigo Gastesi, bastante bien), y tiene que entregar los papeles, ella se pone nerviosa de inmediato, y su jefe el "inhumano" Ángel (Luis Tosar, bien) que la sigue entra en pánico, uno no entiende porque exactamente, pero muy pronto entenderemos el porque, entrando en un suspenso crucial, lo mismo sucede cuando están instalando los micrófonos, y una visita sorpresa junto a un radio fallando llevan todo al limite, estos momentos de suspenso con mucha tensión son los que soportan el largometraje de Echevarría, que sabe perfectamente como manejar los mecanismos del thriller, incluso con un sabor clásico, ya que nunca se acelera ni se decanta por momentos de acción, dándole así más fuerza a lo que sucede en pantalla.
Por supuesto que resulta raro que todo suceda de esta manera, al estar basado en hechos reales a uno le resulta difícil pensar que tantas veces estuvieran al limite salvándose por un pelito, o incluso con algunas concesiones del guion, pero claro, la palabra clave es "basado", y Echevarría que también es guionista junto a Amelia Mora y María Luisa Gutiérrez, saben usar esta historia real para crear un ambiente que nos remonta a le mejor época del genero de espías, con mucho suspenso, y grandes dosis de tensión que corrían por la posibilidad de ser descubierto, el peligro de esto, y las tramas inteligentes que hacían que los protagonistas fueran ingeniosos en lugar de persecuciones o chunches tecnológicos, logrando algunos momentos cumbre como la situación de la carpeta donde uno se come las uñas, el escape final grabado de forma impecable y hasta algunos sencillos como ese espejo revisando bajo el carro.
Mónica es una joven cadete que es elegida por el jefe de policía Ángel como infiltrada, que ha diferencia de encubierto no tiene nada de respaldo, es la apuesta del seco Ángel ya que no han logrado nada contra ETA y la guardia civil les esta ganando el mandado, además los ataques cada vez son más grandes y violentos, así que la chamaca sin pensarlo mucho acepta, abandona familia, amigos y novio para iniciar una nueva vida, con otro nombre y forma de pensar, la chica llega a Donostia donde trabaja en un bar y luego una carnicería, al tiempo que sale de antro, participa en marchas, pega panfletos, y hasta aguanta guamazos en alguna manifestación, para así infiltrarse poco a poco en ETA desde lo más bajo, hasta que a los seis años por fin le tienen la suficiente confianza para que ayude a Kepa, y después de eso al pez gordo Sergio (Diego Anido, notablemente despreciable) a quien nunca puede ganarse completamente por la naturaleza desconfiada de esté.
Así que somos testigos de como esta mujer logra avanzar en su misión de forma lenta y nada segura, dejando todo atrás, y fingiendo en todo momento, y a sabiendas de que mientras más avance en su cometido esta en mayor peligro, pasando de ser libre a su casa a convivir con un terrorista, y luego tener que estar cara a cara con un sociópata que parece estar en la causa para poder desenvolver su verdadera naturaleza de manera libre, este es otro de los puntos fuertes de la cinta, aunque retrata de forma hasta caricaturesca a Sergio a Kepa lo muestra como un soñador que quiere ser un héroe de la manera equivocada, y a otros más como victimas de los españoles racistas que los veían (¿o ven aun?) como menos, como esa pobre mujer violentada sexualmente.
Aunque claro, esto es donde más flaquea la cinta, no es imparcial ni ambigua, los españoles son héroes que se sacrifican, los vascos todos son sociópatas violentos y sin educación, por fortuna tenemos esos pocos momentos donde vemos la otra cara de la moneda, y hasta redenciones como esa línea informativa final, pero en general no es así, ni siquiera la chica enamorada tenia el derecho de eso, y se mira a si misma con odio al tallarse fuertemente en el baño, son momentos donde la directora se decanto por la corrección y es una lastima ya que solo eso le faltaba para ser una grandísima cinta, pero siendo sinceros es una gran cinta, con mucho suspenso, con paciencia para construir la historia, con un desarrollo de personaje que termina roto tras ocho años de ser alguien más, y con momentos tan emocionantes como el de la carpeta, algo de humor, y un drama profundo con un pueblo español y vasco que sigue llorando las heridas.
Calificación: Notable























































