Terminando la cinta estaba pensando que era como ese cine noventero, que solo apuntaba al entretenimiento sin grandes aspavientos, subtextos, ni críticas, solo una historia efectiva qué quiere ser un sano entretenimiento donde uno se olvide de sus problemas, y los del planeta, viendo los problemas de otros pobres diablos en pantalla - que mayormente si pueden hacer algo -, esta era una de esas, con aire de antaño, y rodada con eficacia e inteligencia, de tal manera que el inverosímil guión no moleste, por lo que todo el tiempo en pantalla ni pudimos notarlo, y es ahí donde apareció el nombre del cancelado y vilipendiado actor y director católico Mel Gibson, que en un futuro será recordado como uno de los primeros que no se callo ante los excesos sionistas, que tiene en su haber obras que envejecen mejor y cada día deslumbran con la calidad que presumieron.
Volviendo a la cinta, la dirección de Gibson se nota, aun con un guión con detalles y la falta de presupuesto, estamos en Alaska, donde la profesional agente Mandolyn (une entregada Michelle Dockery, bien) apreso al criminal nerd Winston (un Topher Grace desternillantemente divertido), quien se encargaba de mover y lavar el dinero de un capo de la mafia, el cobarde no duda en hacer un trato con las autoridades y para ello será trasladado para declarar contra su jefe y todos los que están embarrados, con el tiempo medido se suben a una avioneta qué parece a punto de destartalarse y aguantan al piloto paleto (Mark Wahlberg adecuadamente desatado) qué no se calla ni un segundo, al igual qué el testigo parlanchín qué suelta ironías y sarcasmos sin importar la situación, por supuesto nada es tan sencillo, y las cosas no son lo que parecen en esta cinta donde se dan el lujo de indagar en la moral - o la falta de - de un cómodo delincuente de cuello blanco, y la búsqueda de redención de una persona con pasado complicado
Mientras menos se conozca de la trama mejor, y aunque sencilla, resulta funcional por el buen hacer de Gibson, que sabe como ejecutar el trabajo, con muchísimo humor, nunca tomándose en serio, dando en el clavo con los momentos de suspenso, logrando tensión en cada uno de los 85 minutos que dura, y con un entramado de sospechas que aprovecha para pegar algunos palos a los que manejan los hilos desde lo más arriba de las instituciones, un palomazo muy disfrutable qué se pasa volando, y que prepara el terreno para sus siguientes cintas. Creo que resulta claro que Gibson nunca se toma en serio lo que esta mostrando en pantalla, con un villano exagerado que es más malo que las bebidas azucaradas y se la pasa con los ojos inyectados en odio, y soltando improperios que dan tanta mala vibra como nos sacan una sonrisa culpable.
Y que maneja un gag sobre cabello - o falta de este - que si termino funcionando por lo menos para mi, escuchaba el meme de calvo malvado cada tanto en mi mente, y demuestran una dedicación encomiable del actor que lo hace, así como también la manera de escupir one liners de Grace, que siempre resulta gracioso y atinado, se supone que algunas de estas ocurrencias vienen de los mismos actores, así como el lado oscuro de uno de ellos, lo que demuestra el buen ambiente que se vivió en el set, y que aun con toda esa comedia negra consigue que nos preocupemos por los personajes, con todo y ese emocionante final.
Calificación: Recomendable




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