En el planeta Turo la federación galáctica condena al científico chiflado Jumba (voz de David Ogden Stiers) debido a que realizo experimentos genéticos ilegales, creando al experimento 626 que no solo es la maldad pura, sino que es prácticamente indestructible, por lo que es encerrado sin posibilidad de movimiento, algo que no lo detiene mucho tiempo, escapando del capitán Gantu (voz de Kevin Michael Richardson), robando una nave y estrellándose en Kaua'i, una de las principales islas de Hawái, debido a esto la gran concejala (voz de Zoe Caldwell) quiere destruir la tierra, pero es detenida por el ingenuo agente Pleakley (voz de Kevin McDonald) quien le recuerda que es el refugio de los mosquitos, por lo que deben ser precavidos y no alterar el ecosistema, así que a esté le toca ir junto con Jumba para capturar o eliminar al experimento, antes de que lleve su destrucción por todos lados.
Es así que comienza la ultima gran cinta animada de la casa Disney (sin tomar en cuenta a Pixar por supuesto, que eran una productora aparte), con esta premisa contradictoria, bobalicona y fantasiosa, que no teme ser todo lo inverosímil que se pueda, y con humor que se aleja de la casa del ratón para parecerse más a la del rival Warner, pero eso si, conservando todo el edulcoramiento posible, pero sin que nunca se sienta chantajista, así el monstruo extraterrestre 626 que "es pura maldad" llega a Hawái para desatar caos y destrucción, pero siendo tan torpe que termina atropellado y rescatado por un refugio de animales, donde es adoptado por la depresiva pero centrada Lilo (voz de Daveigh Chase, bien), algo que idea el mismo monstruo ya que descubre que esta siendo cazado por la pareja de extravagantes extraterrestres que se hacen pasar por humanos con solo un sombrero, bigote, peluca y algún vestido sexy.
Por otro lado Lilo es una niña con gran imaginación que esta pasando una etapa complicada debido al fallecimiento de sus padres, además de que se aleja de lo que se considera "común", con una afición por fotografiar extranjeros - como obvia moneda de cambio -, y fanatismo por la música del "Rey", el gran Elvis Presley, y con un carácter tan fuerte que no duda en desgreñar, golpear y morder a las pedantes compañeras que le hacen la vida imposible, por si fuera poco su hermana Nani (voz de Tia Carrere) tiene que cuidarla haciéndola de mama obligada, abandonando su pasión por el surfismo, y buscando empleo y tiempo que le den la custodia, para acabarla de amolar el nuevo encargado de servicios sociales, el duro y serio Cobra Bubbles (voz de Ving Rhames), le tiene puesto el ojo, con todo y amenaza de llevarse a la pequeña si no demuestra que es apta.
De tal manera que tenemos dos historias que inevitablemente van a convergir para cambiar totalmente su vida, la pequeña Lilo nombra al destructor como Stitch (voz del mismísimo director Sanders, que entrega principalmente gemidos y ruidos guturales siendo sin duda algo vital para para la cinta), e intenta ganárselo, porque quiere creer que dentro de él es bueno, pero Stitch no se lo pone nada sencillo, destruyendo lo que puede, con ansias por conquistar, y siendo más grosero de lo que uno podría esperar en una cinta Disney, hasta llegar al punto en que las hermanas deben demostrar que pueden con el paquete, una obteniendo un empleo y la otra demostrando que Stitch puede vivir en sociedad sin ser un peligro, con todo e hilarante montaje de empleos fallidos y Stitch aprendiendo de Elvis.
Para estos momentos uno ya debe estar rendido ante la cinta animada, en primer lugar porque la hermosa animación con fondos de acuarelas es hermosa, porque el diseño de sus personajes son entrañables y originales, porque ese dibujo a lápiz destila alma por todos lados, porque la banda sonora de Elvis es majestuosa y se usa perfectamente en cada ocasión, porque las canciones de las bandas hawaianas son sorprendentes y sirven narrativamente, por la fluidez de la animación y el ritmo de la cinta, por el socarrónhumor que hasta peca de violento, por su mofa a los turistas invasores que se están robando la isla, por el humor absurdo que nunca se abandona con todo y extraterrestres camuflajeados flojamente, por la trama sencilla pero eficaz con problemas complicados pero comunes, por ese retrato de la depresión infantil, por el dilema existencialista de Stitch mostrado por medio del relato del patito feo, por la tirante y realista relación de hermanas, por el romance buscado por el insistente bonachón David (voz de Jason Scott Lee), por la trepidante acción final, y en especial por la maravillosa manera en que esta mostrado el mensaje de 'Ohana que como todos sabemos, significa familia.
Al final el pequeño monstruo azul adorable me gano, no solo tiene un desarrollo de personaje bien realizado, pasando de ser un patán violento a un tipo que acepta sus responsabilidades y entiende las necesidades de los demás, sino que encuentra algo que ni siquiera buscaba, no sabia que lo necesitaba, pero al tenerlo no puede evitar desearlo, Stitch no es un monstruo aunque lo hayan creado para ello, y lo hayan convencido de que eso era, pero tampoco es una perita en dulce, pero eso aplica para todos los personajes de la historia, incluso por ello se siente tan alejado de lo que regularmente hace la casa de animación, una película donde la ambigüedad impera por todos lados, pero que sabe que al final sus personajes deben aprender una lección, una muy compleja y profunda, aunque pueda resumirse en 'Ohana, Familia, y esta significa que nadie se queda atrás ni se olvida, por ello mismo, esa adición final de Stitch a la fotografía significa tanto y tantas cosas, y uno casi no puede evitar la lagrima en medio de una sonrisa de bobo.
Calificación: Excelente







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