Cuando uno lee la sinopsis no puede mas que pensar que esta sera una pedante cinta chantajista y patriotera, algo hay de eso pero para ser francos el director David Gordon Green y su reparto salvan esto de ser una caricatura y le dan cierto espíritu, es de admirar que el director rehuye las posibilidades de irse por el camino fácil y cada que parece que va a caer le saca la vuelta, bueno, casi en todo momento, cuando llega la inevitable transformación algo hay de ese dejo chantajista y mas aun cuando se recurre a un cliché tan usado en el cine, no sabría decir que tanto se parece a la realidad pero si asi sucedió no hay nada que hacer, y por el potro lado tenemos a Jake Gyllenhaal, ese monstruo de la actuación que puede hacer de una persona tan carismática como repugnante.
Justo eso logra con su protagonista, un tipo irresponsable e indolente que solo se preocupa por su mismo, que era un borrachales antes de que le sucediera la tragedia y lo sigue siendo despues de ella, que representa a una sociedad necesitada de ídolos falsos y con una necesidad patriotera cada vez que su país se ve minimamente amenazado. Jeff Bauman (Jake Gyllenhall luciéndose) es un trabajador irresponsable que se preocupa mas por ver jugar su equipo en el bar ya que piensa que les da suerte, que descuida a su novia, y que no tiene mayores pretensiones en la vida, pero el tipo quiere volver con su hermosa y centrada novia Erin (Tatiana Maslany, bien) por lo que le hace un cartel y la espera en la meta del maratón de Boston, con tan mala suerte que le toca sufrir el atentado en carne propia.
Con su ayuda atrapan a los culpables pero eso no le devuelve sus dos piernas, el tipo se convierte en un símbolo para la ciudad, algo que no le sienta bien y que toma de la peor manera, faltando a terapia, llevando excesos, y siendo grosero con su novia, manipulado por su madre (bienvenida Miranda Richardson) va a inaugurar juegos, ondea banderas y da entrevistas hasta que llega al fondo para ser redimido cuando escuche la historia del tipo que le salvo la vida, lo dicho, algunas escenas buenas como cuando desairan a Oprah por amor propio, pero junto a otras como ese comercial a una cadena comercial, una cinta que se salva de la chamusquina gracias a que el director no cae en chantajismos y a un reparto que merecía una mejor historia.
Calificación: Palomera
Justo eso logra con su protagonista, un tipo irresponsable e indolente que solo se preocupa por su mismo, que era un borrachales antes de que le sucediera la tragedia y lo sigue siendo despues de ella, que representa a una sociedad necesitada de ídolos falsos y con una necesidad patriotera cada vez que su país se ve minimamente amenazado. Jeff Bauman (Jake Gyllenhall luciéndose) es un trabajador irresponsable que se preocupa mas por ver jugar su equipo en el bar ya que piensa que les da suerte, que descuida a su novia, y que no tiene mayores pretensiones en la vida, pero el tipo quiere volver con su hermosa y centrada novia Erin (Tatiana Maslany, bien) por lo que le hace un cartel y la espera en la meta del maratón de Boston, con tan mala suerte que le toca sufrir el atentado en carne propia.
Con su ayuda atrapan a los culpables pero eso no le devuelve sus dos piernas, el tipo se convierte en un símbolo para la ciudad, algo que no le sienta bien y que toma de la peor manera, faltando a terapia, llevando excesos, y siendo grosero con su novia, manipulado por su madre (bienvenida Miranda Richardson) va a inaugurar juegos, ondea banderas y da entrevistas hasta que llega al fondo para ser redimido cuando escuche la historia del tipo que le salvo la vida, lo dicho, algunas escenas buenas como cuando desairan a Oprah por amor propio, pero junto a otras como ese comercial a una cadena comercial, una cinta que se salva de la chamusquina gracias a que el director no cae en chantajismos y a un reparto que merecía una mejor historia.
Calificación: Palomera
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