Lo mejor de la primera cinta eran los minions y en esta segunda siguen siéndolo, los submarinos amarillos son lo mejor de la cinta y por mucho, cada vez que aparecen en pantalla es cuando la cinta entretiene, los chistes que logran, el desmadre que cargan, los sketch que se avientan, van desde la referencia a la cultura pop actual como la antigua, rutinas de la mejor época de la comedia y hasta algunos momentos cual dibujos animados de culto, aunque eso haga que lo demás se vea todavía peor de lo que es, el villano del titulo ya es un abnegado padre de familia y hace hasta el ridículo por sus niñas pero su aburrimiento lo lleva a tomar el ofrecimiento de ser espía, debe descubrir quien robo cierto químico que se esconde en un centro comercial.
Gru busca al villano en turno mientras se enamora de la espia Lucy (Kristen Wiig) y sus niñas van creciendo, y el malo de turno es un luchador mexicano al que Gru le tiene malos ojos debido a que su querida hija mayor esta perdidamente enamorada del hijo del luchador ahora restaurantero con un pollo como mascota, casi nada de eso funciona a no ser por las peleas de Gru con su yerno, el terror de todo padre por mas que se pueda encargar fácilmente del chico porque su niña no lo permitiría, y la cosa no pasa de ahí, momentos tediosos, aburridos y predecibles.
Por ello debemos resguardarnos en los minions, pero el problema de esto es que todo se resume a esperar que los minions aparezcan en escena para que nos quiten el sueño y por supuesto eso hace una película muy quebrada, aunque los directores Pierre Coffin y Chris Renaud que esta vez le dan mas protagonismo a los enanos amarillos y que hasta película propia tendrán al parecer.
Calificación: Palomera
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