El profesional y patriota James (Chris Pine, bastante bien) es un entregado soldado que se la pasa entrenando y preparándose, reza antes de cenar, pone una bandera en la puerta de su casa que retira con respeto para guardarla, y es incapaz de no rendir honores a una bandera aunque lo acaben de batear de un ejercito al que entrego su vida, despedido por uso de drogas para el dolor debido a las heridas que heredo en batalla, una rodilla destrozada y un pulmón dañado, James es dado de baja sin pensión ni jubilación, quebrado, con una bella esposa (Gillian Jacobs) y un adorable pequeño (Sander Thomas) James decide tomar el camino de las empresas privadas a sabiendas de que eso lo convertiría en un mercenario donde ya no existe la moral y puedes morir en cualquier momento sin que a nadie le importe, pero al verse acorralado y la acomodada vida de su ex jefe Mike (Ben Foster, bien) ve que es la mejor opción, por más que su esposa no este de acuerdo.
Para esto va a entrevistarse con Rusty (Kiefer Sutherland) en una de las escenas más sugerentes de la cinta por todo lo que conlleva detrás, y recibe un cheque de cincuenta mil dolares al ser contratado, la primer misión es una de inteligencia en Alemania donde investiga a un científico Sirio llamado Salim (Fares Fares), que se supone es un terrorista bioquímico muy peligroso, cuando ejecutan el plan solo hay una opción, todo sale mal y se complica en demasía, y extrañamente James nota que van tras de él, lo que lo lleva investigar y descubrir que la "empresa" autónoma de Rusty que hace trabajos para el gobierno es mucho más oscura de lo que podía pensar, y que el gobierno usa estas contratistas para cosas terribles usando a los ciudadanos patriotas como moneda de cambio totalmente prescindible, así este thriller de acción de mueve por derroteros que todos conocemos, con una dirección artesanal y sin ser un blockbuster es bastante eficiente.
Con un reparto de lujo que acompañan a un Chris Pine que va creciendo cada vez más como actor, a los ya mencionados debemos sumarle a Eddie Marsan y Nina Hoss que elevan la calidad de la cinta, esa conversación con Marsan es también muy buena, las escenas de acción están bien filmadas aunque tiene algún detalle de montaje, la manera en que son tratadas las heridas es bastante realista con un buen maquillaje que evita las imágenes computarizadas, algo que se agradece, y finalmente la historia a pesar de mostrar la clásica historia de traición entre mercenarios con hombre patriota empujado por la obligación con la familia tiene un subtexto detrás que resulta muy valioso, la cinta no ataca el patriotismo ni a esos hombres morales conservadores como James sino que pone el dedo en la llaga de los fantasmas que pasan de generación en generación de familias de soldados en Estados Unidos, y de paso critica las maquiavélicas maneras en que se mueven estos contratistas y los gobiernos al grado de poner sobre la mesa que quizá ellos son causantes por plan de hacer cosas como la terrible pandemia que seguimos sufriendo.
Calificación: Interesante
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