Un escuadrón de Navy Seal liderados por el profesional Jake Harris (Scott Adkins, completamente entregado y convincente) acompañan a la analista Zoe (Ashley Greene) a recoger a un preso que debe ser trasladado con urgencia a Washington desde la prisión que se encuentra en una isla, cosa a la que se opone el correoso y resentido jefe Jack Yorke (reaparecido Ryan Phillipe) que perdió a su esposa en el fatídico ataque del 9/11, de igual manera su asistente Shields (Terence Maynard) piensa que no tiene caso, lo han torturado durante todo ese tiempo y no ha dicho nada, ni siquiera cuando llega Zoe dice nada, sigue con la historia de que es un simple empresario y que se han confundido por algún detalle fiscal, y es que el tipo es la única esperanza que tienen los norteamericanos para encontrar una bomba que esta a punto de detonar en la capital y que pondría el gobierno patas arriba, o por lo menos eso piensan, apenas se da tiempo para que pensemos si esto es verdad o es simplemente un error de una nación paranoica cuando llega un camión a la entrada que no quiere detenerse y entra a la fuerza de donde salen decenas de tipos que abren las puertas para dejar pasar a más yihadistas que en efecto van por el mentado Mansur (William El-Gardi).
Habiendo escrito esto queda claro que lo más importante de la cinta no es el guion, que aun así depara varias sorpresas y cambios interesantes, ya que cuando apenas se nos presentan a los personajes y entendemos la situación, es decir cuando tenemos las piezas en el tablero comienza una acción frenética en tiempo real que ya no se detendrá en lo que dura el metraje, pero lo que la diferencia de otras cintas es que aquí todo es un larguísimo plano secuencia que dura toda la cinta, sin ningún corte visible, que si los tiene y si se presta atención se notan, pero esto de que la cámara se mueve en toda la base, que siga a un personaje y luego a otro, que respete el espacio que existe, y que en realidad respete los tiempos que se mencionan le da un halo de realismo que se agradece muchísimo, por momentos parece que estamos ante un tipo con la cámara en la mano solamente grabando lo que puede, como si de un fantasma se tratara, ademas tiene algunos momentos elevan la cinta, aunque muchos de ellos ya no se respeten por el contexto actual.
En primera es de agradecer que los protagonistas o "buenos" no sean invencibles y que incluso algunas muertes lleguen espontáneamente y de forma inesperada, como en la vida real, no hay heroísmo, solo muerte, y aunque se pueden haber salvado de algo muy complicado anteriormente pueden morir de una forma harta sencilla, y que existe cierta ambigüedad en todos, ya sea el cobarde de Shields que antes de morir demuestra ser un hombre, o del huraño Yorke que parece un hombre despreciable y racista para después demostrar fumándose un cigarro el porque de su actuar cuando el director muestra el anillo de bodas todavía en su dedo, en cuanto a Mansur es un personaje con más dimensión de lo que uno pensaría, y bueno, el comando pasa a ser más que el típico grupo de machitos, sobretodo un Adkins que demuestra que no solo sabe patear traseras, pelear, y manejar un arma sino que sabe actuar, ya lo había hecho en la subvalorada "Avengement", el tipo tiene ademas un carisma de estrella.
En cuanto a las quejas que he visto de la película es que los terroristas parecen ser carne de cañón que sale para morir, creo que esto también es realista, no están entrenados, son simples chamacos con armas con el coco lavado como se ve en esa parte del tipo aceptando inmolarse no muy convencido y al mismo tiempo con ansias de su alabanza en el cielo por mujeres y niños, y el villano a pesar de estar movido por el sucio dinero, tiene mucha fuerza y es completamente despreciable, muy buen trabajo de Jess Liaudin como Hakim Charef, ese terrorista que suelta improperios en francés y se comporta como si la violencia fuera la única forma en que puede comunicarse, y Lee Charles como el gigantón Dhelkor se ve imponente, una película muy entretenida, para tenernos al borde del sillón, siempre en tensión y donde casi soltamos los guamazos (¡ese sonido!) junto a los de la pantalla ¿que más puede pedir uno? Cine en estado puro.
Calificación: Bien
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