Yalin (Kivanc Tatlitug esforzándose de más) y su "casi" esposa trofeo Beyza (Funda Eryigit) se mudan a un pueblo donde el paso su niñez, con la esperanza de tener una vida más tranquila, pero eso no parece ser sencillo ya que al tipo le niegan venderle en una tienda del lugar, es más, parece que todo el mundo le tiene resentimiento, lo voltean a ver feo, le lanzan improperios, e incluso el gendarme del lugar le "aclara" que si se pierde o le pasa algo no le interesaría menos y que el asesino se saldría con la suya, esto choca con la casi idílica vida de ricachones que lleva junto a su mujer, con conocidos que casi lo idolatran y presentaciones donde se supone es alguien importante, muy pronto nos damos cuenta de porque, resulta que el tipo se libro de la cárcel por fraude, tenia una empresa que al más puro estilo de inverplux se dedicaba a timar a los pobres incautos que caían en sus garras, aunque como le escupe el cínico ricachón del pueblo (Gürgen Öz) "nadie les puso una pistola en la cabeza".
Así que lo que se supone que simplemente fueron unas malas decisiones de inversiones causaron que miles perdieran sus ahorros por su culpa, por lo que ahora debe cargar con eso, pero lo raro es que justamente el se haya escapado del proceso y no sus socios quienes de vez en cuanto lo llaman para preguntarle porque no esta en su situación, esto es obvio pero la cinta ya más avanzada lo aclara para los pocos iluminados, lo mismo que la situación del dinero que se huele desde el inicio, el caso es que la cinta va de esta tensión que se cree suspenso de tener peligro en cada esquina y en cada individuo, hasta que sucede lo inevitable, el problema es que esto llega demasiado pronto en la película por lo que no hay manera de que entremos de lleno en los pies del protagonista que después se pasa de rosca con lo que sigue y se convierte de delincuente de cuello blanco en un desalmado se supone sin querer.
Es obvio que la intención de la cinta es hacer una parodia de este asunto, de las diferencias de clases entre ricos y pobres, con un tono de comedia ridícula, pero no lo logra, y lo que debería ser problemático, controversial y escandaloso se vuelve rutinario, aburrido y predecible, sumándole que tenemos una relación de pareja que se quiere tirante pero no se aborda nunca, en su tramo final intenta levantar con una sorpresa que si bien no es una vuelta de tuerca y desentona con lo que veíamos no se veía venir, y con una resolución tan enfermiza que por un momento olvide que estaba viendo una cinta Turca, juraría que es México con toda su corrupción, hipocresía y malevolencia, supongo que en todo el mundo se cuecen habas, eso si, ni eso salva la cinta sin que por ello ese enfermizo pero realista final desmerezca.
Calificación: Mediocre
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