Otro cortometraje de Edwin S. Porter que no acaba de funcionar, decantándose por el humor en lugar del terror pero sin que este será bueno, tenemos al tío del titulo queriendo dormir y un demonio no lo deja por lo que se agarra a trancazos con el aunque claro sin poderle hacer daño alguno.
Al final no entiendo bien lo que sucede, creo que el tal tío se rinde y va a otro lado donde otro espectro amenaza con hacerlo lo mismo, una lastima que no se entienda bien y que de nueva cuenta ponga a un demonio como un simplón que es vapuleado como pelea de bar por un tipo.
Calificación: No Vale la Pena
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