Un soldado (esforzadisimo George Mackay) esta tumbado junto a un árbol descansando de una de las guerras mas cruentas de la humanidad, la primera guerra mundial o gran guerra, junto a el esta su compañero Lance Blake (Dean-Charles Chapman, bien) y cuando apenas los estamos conociendo les llega la orden de ir con el general quien les dará una misión crucial, informar a las lineas aliadas que estan mas adelante de que detengan el ataque ya que la inteligencia descubrió que los alemanes se repliegan como señuelo, si no detienen el ataque miles de jóvenes soldados morirán y entre ellos se encuentra el mismo hermano de Blake, Joseph (Richard Madden), es asi como la pareja se enfrasca en una empresa que parece imposible donde tendrán que sortear territorio enemigo, alambre de púas, bombas, trincheras enemigas y propias, laberínticos túneles, una ciudad destruida y hasta ríos sin descanso ya que es una carrera contra el tiempo.
Con esta sencilla premisa el director y escritor Sam Mendes (basado en las memorias de su propio abuelo) vuelve a entregar una obra de calidad, mas que por la historia misma por la gran dirección y en especial de una fotografía de Roger Deakins que casi alcanza la perfección, con luce natural, hermosos filtros, y una cámara que siempre debe estar donde debe, y lo mas impresionante de todo y lo que todos comentan, la manera en que esta filmada y mostrada de forma que parece ser una toma única, y solo con dos o tres cortes notorios y que logran que uno se sienta completamente inmerso en la película, como si fuéramos el tercer pobre diablo que los acompaña en esa misión suicida, y como lo mas importante es el tiempo esta decisión es mas que correcta y satisfactoria, el reloj nos persigue sin parar y el ambiente no nos da ningún respiro, le sumamos unas locaciones asombrosas, manejo de tiempos y extras sensacionales, un conocimiento del espacio perfecto, efectos prácticos y especiales que nos convencen de que estamos ahi y tenemos una experiencia asombrosa.
El problema es que despues de la premisa no hay mucha mas historia, todo se trata de ir del punto A al punto B sin que suceda nada mas que las dificultades que se topan en el transcurso, y esto no es algo malo, de hecho Mendes logra mantener la tensión en todo momento pero nunca conocemos a nuestros protagonistas por lo que no nos sentimos identificados con ellos y solo tenemos un poco de empatia sin que nos despierten gran cosa, y esto se va haciendo grande conforme avance la cinta, cada mas mas técnicamente deslumbrante pero emocionalmente distante, pero se le agradece a Mendes que no villanice a los alemanes, aunque para ser franco la cinta vaya que vale la pena, tanto asi que en todo momento me tuvo pegado a la pantalla, verla en pantalla grande es una experiencia fenomenal, y con algunos brincos en ciertos momentos puntuales y algunos chascos como esa chica con el bebe y una casualidad de pena ajena.
Antes apunte que la cinta es fría, y si lo es, pero al final cuando tenemos esos cánticos y el clímax por fin empezamos a sentir verdadera emoción, de esa heroica de los viejos tiempos que se ve engrandecida por un pequeño gesto corporal, de objetos, de lineas entre dos personajes que por fin nos entregan lo que necesitamos, una emoción y dramatismo que hace que nos desahoguemos y que contemplemos agradecidos una repetición de lo que vimos en el inicio, quizá la calma antes de la inevitable tormenta y la única forma de soportarla, la memoria de nuestros seres queridos.
Calificación: Bastante Bien