La cinta comienza con Frida (Naomie Ackie) literalmente haciendo sus necesidades en un cuchitril, no solo es la forma en la que vive, ni sus problemas como la deuda que no puede afrontar, sino el hecho de que parece tener opción de salir de ahí, después de todo si uno entiende el sistema comprende que no hay manera de escapar de el, o casi, porque si existe una salida para las mujeres jóvenes y hermosas, conseguirse un príncipe azul, que en esta época capitalista seria un millonario que la mantenga, y Frida no se queda con las ganas de intentarlo, por lo que en la fiesta de gala del multimillonario de la computación Slater King (Channing Tatum brillando) deja de atender como mesera para hacerse pasar como invitada de esa lujosa fiesta, pasar un buen rato, y ¿por que no? conocer algún millonario que le salve la vida, o por lo menos que le haga pasar un buen rato olvidando sus problemas financieros y hasta existenciales.
Con tan buena suerte, que se convierte en una especie de cenicienta moderna con todo y el ricachón ayudándole con las zapatillas - en un giro que después se entiende perverso -, platicando con toda familiaridad con ella, presentándole a todos sus amigos y mantenerse pegada a ella toda la noche, es más, cuando se termina la fiesta y se separan, se regresa como adolescente nervioso a pedirle que lo acompañe a su isla privada, así que Frida junto a su mejor amiga Jess (Alia Shawkat) no dudan un segundo en subirse al avión privado para pasar las mejores vacaciones de su vida, es lo que quería, desconectarse de la realidad y pasar un rato divertido de lujos para alejarse de su miserable realidad. Y así parece al inicio, con ropa hecha a la medida, criados aquí y allá haciendo todos los quehaceres, deliciosa comida gourmet y champaña llenando las copas en todo momento, por supuesto que nada puede ser tan perfecto ni tan fácil, nosotros los espectadores lo sabemos, y Frida también, pero su ambición opaca su sentido común, a pesar de que sucedan cosas tan extrañas a su alrededor.
Una mancha en el vestido que desaparece, las uñas llenas de tierra al despertarse, un objeto que cambia de mano en mano sin que nadie sepa como se quedaron con el, un moretón que le aparece a la luchona Sarah (Adria Arjona presumiendo cuerpazo de escándalo), un corte de pelo repentino de la desmadrosa Heather (Trew Mullen) que junto a su amiga Camilla (Liz Caribel) terminan siendo parte clave en el final, fragmentos de chicas corriendo por el campo en modojuguetón, así que la fiesta interminable, con todo y sustancias alucinógenas por la noche parece dejar lagunas que nos son mostradas hábilmente en una edición puntillosa que nos presenta fotogramas claves que si uno pierde si parpadea dos veces, y que por supuesto adelantan la revelación de pesadilla que nos espera a los espectadores, pero en especial a esas pobres mujeres, que podrán ser superficiales, aprovechadas y ambiciosas, pero que son personas que merecen respeto en todo momento, por más que sus acompañantes y ellas mismas se sientan de menos valor por no tener el poderío monetario que ellos presumen.
Estas mujeres a las cuales solo se les solicita ser solicitas y verse fabulosas a cambio de lujos y diversión ni siquiera saben cuántos días han pasado o que día es, y los hombres que pasan de lo castroso del parlanchín Vic (un Christian Slater que nunca deja de tomar fotos sin importar la situación), lo patético del actor Tom (un quejoso Haley Joel Osment, siempre recordado como Cole en "El Sexto Sentido", lo pretencioso del chef Cody (Simon Rex, protagonista de la hilarante "Red Rocket"), lo bobalicón del junior Lucas (el verdadero junior y nepobaby Levon Hawke), a lo encantador y atractivo del multimillonario retirado y arrepentido Slater King parecen simples tipos divirtiéndose, inclusive Slater parece no querer aprovecharse de una embriagada Frida ante la obvia desilusión de esta que no entiende como puede prácticamente batearla en una situación así ¿sera que es un caballero? Frida parece obligarse a querer esto, aun cuando nota todos los detalles y es advertida por su mejor amiga a quien le dice que no le eche a perder esto, que la deje disfrutar, ¿que podría ser tan malo para no disfrutar este paraíso terrenal?
Pero una mordida de serpiente desatara el infierno, uno donde las protagonistas comienzan a notar que algo no está bien, que suceden cosas extrañas, que hay sucesos sin explicación y que ese supuesto paraíso terrenal quizá sea todo lo opuesto, este logrado ejercicio hitchcockiano toca todos las características claves del género, desde el suspenso logrado de las escenas - el escondite en el escritorio con cierta gota de sangre como elemento clave - , el secreto que siempre pulula en el aire, el inteligente
montaje, el fantástico uso del sonido, el uso clave de ciertos objetos en la trama - el encendedor brincador, unas incriminatorias fotos, un saca corchos escondido, etc., y por supuesto, las tramas sórdidas que usaba el maestro, supongo que la vuelta de tuerca no es tan complicada de resolver - millonarios, fiestas, isla privada, ropa blanca - pero Kravitz lo entrega por medio de un exquisito filme de suspenso, y con una declaración de intenciones en ese baño de sangre final, no importa cuantas veces alguien pida perdón viendo a los ojos de forma más sincera, contra un depredador solo existe una manera de actuar, ni el perdón, ni el olvido, sino la pura y dura justicia revanchista, bien por Kravitz que evita que sus protagonistas caigan en la victimización.
montaje, el fantástico uso del sonido, el uso clave de ciertos objetos en la trama - el encendedor brincador, unas incriminatorias fotos, un saca corchos escondido, etc., y por supuesto, las tramas sórdidas que usaba el maestro, supongo que la vuelta de tuerca no es tan complicada de resolver - millonarios, fiestas, isla privada, ropa blanca - pero Kravitz lo entrega por medio de un exquisito filme de suspenso, y con una declaración de intenciones en ese baño de sangre final, no importa cuantas veces alguien pida perdón viendo a los ojos de forma más sincera, contra un depredador solo existe una manera de actuar, ni el perdón, ni el olvido, sino la pura y dura justicia revanchista, bien por Kravitz que evita que sus protagonistas caigan en la victimización.
Calificación: Notable
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