24/2/25

Cinecritica: No Other Land

"NO OTHER LAND" ("IDEM", TERRITORIO PALESTINO OCUPADO - NORUEGA, 2024) DE BASEL ADRA, HAMDAN BALLAL, YUVAL ABRAHAM Y RACHEL SZOR
"Por lo menos estas imágenes dejaran constancia de que alguna vez existimos" enuncia desesperanzado el activista palestino Basel Adra, algo parecido enuncia el luchador incansable que sigue la tradición familiar de pelear contra el sistema para ayudar a los demás, a su pueblo, su familia, sus amigos, y por supuesto a él mismo, de un genocidio manejado con pincitas pero infranqueable, inalterable y siempre en movimiento, y justo por ello mucho más terrible que los intentos de hacer algo parecido de golpe y porrazo, cuando uno escucha esto se hace un nudo en la garganta, Basel es un joven que nunca se rinde, que aguanta los golpes de la vida uno tras otro, que ha vivido sufrimiento tras sufrimiento, desde temprana edad miro como su padre era apresado, pero que de todas formas - o quizá debido a ello - es incapaz de mirar a otro lado, de dejar pasar las cosas, de aceptar su derrota, por el contrario siempre está en pie de lucha, consciente de que lo tumbaran una y otra vez, y de que si se logra algo, esto será paulatinamente lento.

Incluso en un momento clave del documental, Basel le reclama al periodista judío y también director Yuval que abra los ojos, que él como todos los que le han ofrecido su ayuda quieren llegar un par de días y que grabando, haciendo entrevistas y reportajes piensan que resolverán todo, que su familia tiene generaciones peleando por sus derechos, que tienen décadas aguantando barbaries y humillaciones, y que en realidad ya todo el mundo sabe lo que ocurre con los palestinos, y que aun así no hacen nada, ante esto uno tiene que darle la razón al también director Basel, todo el mundo sabe lo que ocurre en el territorio de Palestina y nadie llega más allá de sentir compasión, la insultante lastima, o peor aún, decir que está bien que suceda eso, que Hamas son los peores terroristas y asesinos que han existido, y que los palestinos, o pertenecen a Hamas, o están de su parte y por ello merecen lo que les sucede, si, eso he escuchado inclusive de familiares, un horror.

Para ese tipo de personas lo que verán en pantalla solo serán hechos aislados e incluso manipulados que no tienen importancia, pero lo que están de parte de los palestinos, y los imparciales, sufrirán ante esta crónica de abuso de poder, violencia desatada, inmoralidad descarada, odio incontrolable y genocidio sistemático por parte de Israel, del pueblo judío usando toda su poderosa maquinaria global para erradicar sobre la faz de la tierra a un pueblo que ha vivido tranquilo en aldeas durante cientos de años, así que vemos, o mejor dicho, somos obligados a ver como los judíos deciden como juez, fiscal, abogado y partes que el territorio donde están las aldeas palestinas en Cisjordania son declaradas campo de practica para tiro del ejército israelí, y como desde el fallo se dedican día a día a visitar las aldeas para tirar las casas y edificios que las constituyen - con todo y escuelas llenas de niños -, en tanto los habitantes intentan levantarlas durante la noche solo para ver como las derriban de nuevo y de paso se roban sus materiales.

Así que durante el documental vemos imágenes de archivos de Basel que nos dice que nunca ha conocido algo fuera de este infierno, las valientes imágenes tomadas en cámara profesional, amateur y hasta celular de los abusos de los judíos, y el día a día de Basel, que aun con todo su sufrimiento y penurias es capaz de tener momentos hermosos junto a su familia, sus amigos y compatriotas que van desde compartir una comida hasta reírse de que escondieron a alguien del ejército, en tanto uno se va encabronando y emputando cada vez más ante la destrucción de sus hogares, la expulsión de sus
pueblos, arrestos por sus fueros, disparos porque si, golpes a cada momento, insultos racistas, y un odio inconmensurable que no se entiende de parte del pueblo judío, con todo y civiles causando vejaciones y muertes con auspicio del ejército, dejando imágenes tan poderosas como a Basel derrotado ante la llegada de la maquinaria israelí, los niños jugando en cuevas, escapando de la escuela, una madre llorando y deseando que Dios llame a su hijo parapléjico y ¿por qué no? la celebración de la salida del padre de Basel de la cárcel y esas múltiples charlas entre el palestino y el judío, que nos recuerdan que no hay diferencia entre ellos, más allá del deseo de poder y sentimiento de superioridad, un documental necesario.

Calificación: Muy Bien

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