Una de las principales quejas del remake "The Lion King" del 2019 era el diseño de sus personajes hiperrealistas, lo cual por supuesto causaba que no pudieran ser expresivos lo cual complicaba la inmersión, eso si, todos aplaudieron el hiperrealismo de los escenarios, en tanto en lo personal me parecían tan chillantes que me sacaban de la película, por lo visto escucharon las quejas ya que aunque se mantiene el estilo realista de la animación, los personajes son más caricaturescos, por lo menos en sus facciones, por lo que ahora si pueden realizar gestos que ayuden a las interpretaciones vocales, y al mismo tiempo se tiende más a la fantasía en la aventura, pasando por diversos panoramas naturales y con situaciones que son imposibles de pensar en un animal real, pero la realidad es que el principal fallo de aquella cinta remake era que no tenía alma, no tenía espíritu, todo el corazón que tiene la original "The Lion King" de 1994 se perdía en un producto hecho y diseñado únicamente para generar billetes.
Este sigue siendo el principal defecto en esta cinta, se nota que no es más que un engrane para forrar los bolsillos de los productores de Disney que son incapaces de mover un ápice sin tener seguro que se van a comprar mansiones y terrenos de millones de dolares, esta vez se nos cuenta la historia de como Mufasa (voz de Aaron Pierre) llego a ser rey, de paso contradiciendo la historia original, no solamente el tipo conoce a ciertos compañeros claves de adulto sino que aquí es un león cualquiera que llego a ser rey debido a sus cualidades, es decir, todo eso de que sus antepasados le hablaban y tenían que seguir los designios de su destino como sangre rey siempre no, pensándolo es obvio que la historia shakesperiana no encaja en los mensajes que ahora intenta dar Disney, por lo que se nos habla de como un don nadie llega a la cima, cual mensaje capitalista, pero narrado de forma mediocre y tramposa ya que Mufasa ni se esfuerza, es el pináculo de un Gary Stu cualquiera al que todo le sale bien por obra y gracia del guion.
Que además le concede características y virtudes que lo hacen perfecto, por lo que se siente lejano, aquí no hay desarrollo ni crecimiento como hubo en Simba, solo un tipo que se siente más que nunca destinado de antemano a cumplir un propósito y todo se le acomoda para ello, por otro lado tenemos la historia de Scar (voz de Kelvin Harrilson Jr.) que si es más interesante pero terriblemente contradictoria, primero se llama Taka pero todos sabemos quien es, el tipo primero es un santo capaz de sacrificarse por Mufasa a quien no conoce, luego es un cobarde, después un tipo buena onda algo inseguro, posteriormente un canalla traidor y finalmente el salvador que ayuda a Mufasa contra los enemigos que curiosamente son leones blancos que quieren destruir y conquistar - que no se note el apunte político y el ataque a Kimba -, ah, y luego de cambiarse el nombre de forma irrisorio es malo otra vez, y todo porque le ganaron a la vieja, simplemente ridículo.
Las personalidades de los personajes no embonan con la película principal, el ritmo es pésimo, tiene de las peores canciones que he escuchado últimamente, los números musicales dan pena, el romance es de risa, las múltiples referencias solamente son para aprovechar la nostalgia de los fanáticos a muerte que tiene la compañía, y la forma en que se narra la historia con tres personajes muy pesados solo estorba, y lo peor de todo, es terriblemente aburrida, a pesar del ritmo acelerado donde a los personajes se les mueren seres queridos y a los dos segundos dicen "ni modo", o se juntan nomás porque se toparon, quizá es porque la historia nunca decide que contar y porque aunque están siendo perseguidos por leones asesinos en todo momento - lo cual causa que no exista momento de relajación para la trama - se ponen a cantar porque si deteniéndose cada tanto tiempo, una nueva máquina de imprimir billetes y un nuevo escupitajo para la inalcanzable cinta original.
Calificación: Terrible
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