Esta entrega que es considerada por muchos la peor de la saga regresa a la premisa de la segunda, dejando de lado el rumbo que había tomado la saga con un solo tipo ayudando o dejando morir a pobres diablos que tuvieron algo que ver en una tragedia personal o que los conocen, por lo menos esto le da algo de frescura ya que se tenemos un reparto coral en lugar de uno solo, ya que como acostumbra la saga los personajes no dejan de ser simple carne de cañón para torturar que si no reflejan nada se sobreactúan, lo que no puedo negar es que aunque entienda el mensaje misántropo, los pobres cinco diablos que están en el juego son basura que prefieren matarse entre ellos que trabajar en equipo, cometen errores tan grandes que insultan la inteligencia, casi casi que se matan entre ellos por gusto y realizan sandeces tan grandes como no aprovechar la sangre de un cadáver prefiriendo meter la mano a la licuadora.
Este tipo de errores están en toda la saga, pero siendo varios, con más tiempo, donde ademas los tipos resuelven los acertijos de forma rápida simplemente no puede pasarse por alto, distrae en demasía, sumado por supuesto a que el único personaje con algo de neuronas, el detective Strahm (Scott Patterson) pase por muchos lugares icónicos de la saga como forma de autohomenajearse y de paso dar fanservice dejando su rastro para que lo culpen como que se contradice, ademas de que Hoffman (Costas Mandylor) se he convertido en una especie de supervillano que tiene todo planeado y con el poder del guion de su parte, escenas con Jill (Betsy Russell) que uno supone tendrán peso en entregas más adelante, y los ya recurrentes flashbacks inacabables donde se intentan llenar agujeros de entregas pasadas pero se contradicen a cada momento.
Estos ademas sirven para que Tobin Bell siga apareciendo como la cara de Jigsaw, y tengamos multitud de cameos de personajes de las entregas pasadas que solo sirven para que los fanáticos más acérrimos digan "mira, es la victima del juego numero tres de la segunda película", creo que pueden echarle más ganas, ¿pero para que? el negocio esta asegurado, y el tiempo de lanzamiento entre una y otro es tan corto que no hay manera de revisar y corregir el guion, ni poner a trabajar a los de diseño de producción, como si su poco tiempo solo lo dedicaran a las trampas sádicas que cada vez son menos imaginativas, y que ya hemos visto antes en otras cintas.
Calificación: Churro
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