El director y guionista Jarecki apuesta a lo grande con tres historias de los problemas globales que acarrean las drogas, con un prologo que nos presenta a un joven que es atrapado al intentar cruzar drogas por la frontera se da inicio a la cinta, Jake Kelly (Armie Hammer) es un agente de la DEA que esta encubierto para atrapar a los peces gordos de las drogas en pastillas, por otro lado tenemos al Dr. Tyrone Brower (Gary Oldman) recibe el encargo de hacer el estudio de una droga que suplirá a la oxicodona, pero descubre que aunque al inicio no causa adicción con el tiempo esta se potencia peor que con la droga anterior, y finalmente a una ex adicta Claire Reimann (Evangeline Lilly) que ante la desaparición de su hijo se convierte en una madre coraje y cuando encuentran su cuerpo y lo declaran fallecido por sobredosis decide averiguar que es lo que sucedió en realidad con su hijo.
Aunque las tres historias hablan del mismo problema solo dos convergen hacia el final sin que tenga mucha relevancia para ninguna de las dos historias, aunque queda claro cual es el mensaje en el insidioso guion del director que no se guarda nada y critica a todos y a todo, porque si una madre puede causar tal daño a los narcos, esta claro que las instituciones no lo hacen porque no quieren, de hecho la historia más desesperante es la del doctor, que no da su visto bueno por ética personal y esta termina aplastándolo, primero por medio de las farmacéuticas, después por las respetadas universidades que solo piensan en el dinero y finalmente destruyendo su vida con difamaciones sin sentido que acaban con su trabajo y reputación, ademas aquí el director toca de refilón la moda actual de difamar a quien sea se acoso solo con una palabra, sin necesidad de pruebas y hundiendo una vida, que incluso puede ser por factores políticos o monetarios como aquí.
Por ello la historia de Oldman es la más interesante, en tanto que la del agente de la DEA ya la hemos visto muchas veces y aunque tenga ese aliciente moral por la adicción de su hermana (Lily-Rose Depp) nunca nos engancha por completo, lo hace más el de la madre que por desgracia avanza a trompicones y con algunas situaciones convenientes, además el asunto del doctor nos presenta delincuentes de cuello blanco, respetados, cínicos, abusivos, que no necesitan armas o tatuajes porque tienen cosas más peligrosas a su favor, la política, el dinero y el poder, por ello mismo el rapiñezco Bill (Luke Evans) como representante sin escrúpulos de las farmacéuticas y el ambicioso Dean de Greg Kinnear son lo más peligroso de la función, de hecho esté ultimo termina causando escalofríos, un tipo buena onda que cuando ve que sus intereses pueden ser afectados se convierte en un monstruo vil ¿cuantos no tendremos asi alrededor regalándonos una sonrisa?
Calificación: Bien
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