John Lee Hancock apuesta por un thriller como se hacían en los noventa, inspirándose y copiando muchas cosas de época de oro para el genero, tanto así que pone la trama de su película en esa década donde los asesinos seriales tenían más libertad, gozaban de cierto cinismo y las tanto las pruebas como los aparatos de comunicación nos dejaban más a la deriva, con un guión del mismo director la cinta nos presenta a dos detectives aparentemente muy diferentes pero que comparten en común la obsesión que desarrollan por su casos, el exiliado Joe "Deke" Deacon (Denzel Washington en piloto automático) que es repudiado por varios de su compañeros y la joven promesa Jim Baxter (Rami Malek todavía con los tics de "Bohemian Rhapsody) que se siente la cereza del pastel.
Cuando no pueda resolver los casos de chicas asesinadas bajo el mismo esquema solicitan la ayuda de Joe que no quiere regresar, ahora es un solitario que perdió todo y que apenas tiene contacto humano debido a la culpa que carga de un caso de hace muchos años donde no pudo salvar a la ultima chica secuestrada, por otro lado el seguro Jim hace uso de todo su conocimiento y lo últimos procesos para saber quien puede ser el sospechoso, hasta que lo reducen al paleto Albert Sparma (Jared Leto robándose la cinta), un tipo que no solo tiene acceso a las herramientas que se han encontrado en las escenas del crimen sino que sabia el punto en que se encontraba un cadáver, deambula por donde han secuestrado a las chicas y disfruta el sadismo y la violencia al grado de excitarlo, pero también confeso años antes un crimen que no hizo.
Con este sociópata suelto, que resulta terriblemente contradictorio, los dos detectives hacen hasta lo imposible para encontrar las pistas, el secreto esta en los pequeños detalles le suelta Joe a Jim, así se atrapan a los asesinos, la cinta tiene detalles interesantes y el director le impregna un ambiente malsano y sórdido que se agradece, se muestra la psique de los investigadores y como la obsesión los enferma por lo que hay muchos tonos verdes, pero la cinta es de Leto con esa panza borrachera, dicción de loco, caminado extraño y mirada perdida, construye un buen personaje con muy poco, porque la cinta divaga en muchas ocasiones y se pierde sin un objetivo fijo, ademas de volverse demasiado contemplativa, por lo menos esos momentos de Leto y ese final donde los pequeños detalles se convierten en otra cosa la salvan, las obsesiones de los policías los obligan a ver el abismo que combaten y solo los pequeños detalles pueden salvar almas, quizá ya no para Joe, pero no es tarde para Jim, si una mentira salva un alma ¿es validad?
Calificación: Regular
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