El cierre de la saga es por mucho la peor de todas, si en la primera fallan en copiar las cintas slasher de los noventa y lo logran en cierta manera con la segunda de los setenta, aquí desbarrancan totalmente al copiar a cintas como la infinitamente superior "La Bruja", y es que Deena (Kiana Madeira actuando terrible con una única mueca de superioridad moral en todo momento) viaja y vive los recuerdos de Sarah Fier (Elizabeth Scopel saliendo dos segundos) en el 1666 que juega con una numeración que todos conocemos.
Pero no hace honor a ellos, resulta que Sarah no es bruja sino que sólo es lesbiana (¡¡¡con algo de feminismo y progresismo en pleno 1666!!!),y ama al antepasado de Sam (Olivia Welch) pero las ven, les ponen dedo y a ella la enjuician mientras alguien más hace el pacto con el diablo, de vuelta al presente les ponen trampas tipo Scooby Doo a los asesinos y desenmascaran al verdadero villano en un alarde agujeros de guión, aburrimiento, pésima narrativa y mensajes tóxicos.
Lo peor es que la parte de 1666 tiene una producción que parece de escuela en fecha de día festivo, los actores que salen en las dos primeras cintas repiten como sus antepasados y no funciona, algunas dicen dos palabras y desaparecen, si, habló de ti Sadia Sink, existen anacronismos y errores ridículos, que pedo con el hermano negrito, y el clímax final se alarga mucho con chistes infantiles y tonterías mayúsculas que hacen que busquemos el reloj porque ya sabemos que la pesada Deena no puede morir, no cuando su razón de existir es ser una Mary Sue empoderada.
Calificación: De Lo Peor del Año
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