Bud (Jamie Foxx actuando tan mal como lo ha hecho durante la ultima década) es un limpiador de piscinas con problemas maritales y a punto de perder a su hija que va a cambiar de dirección, pero de inmediato sabemos que en realidad es un cazador de vampiros, que la "organización" (desde "John Wick" todas son organizaciones parecidas) ya no lo quiere por lo que abarata los colmillos con Peter Stormare en un casi cameo extendido, como ocupa dinero Snoop Dogg haciendo de él mismo usa sus influencias para ganarle una oportunidad, con la condición de que se lleve a un chivato oficinista llamado Seth (Dave Franco sobreactuado) que se orina cada que puede en sus pantalones, ah, y también hay una vampiresa mala malosa que es latina (Karla Souza pagando caro su derecho de piso en Hollywood) y que esta consiguiendo bloqueadores que pueden protegerlos del sol aunque no creo que puedan ayudar aquí en Culiacán.
La villana apenas aparece un par de veces, la mayoría de las cuales el cgi da pena ajena, y nos enteramos de su plan porque lo explica así cínicamente a la cámara, porque en realidad ni su plan ni ella tienen importancia en la película, que va sobre la típica pareja dispareja, el experto chingon y rebelde, el mequetrefe nerd que sigue las reglas, y así, hasta que sucede una chafisima parte final donde los vampiros - más poderosos al inicio de la cinta - ahora caen como palomillas y con un final de pena ajena con un hilo que jamas pudo estar ahí, pero bueno, le estoy pidiendo realismo a una película de vampiros.
Lo que no puede negarse es lo chafa de todo el asunto sumado a las reglas arbitrarias que le convienen al guion, y que solo sirven para obligar a avanzar a los protagonistas, las peleas están mal hechas y la cámara siempre esta horrible, la sangre digital falsa termina molestando, y Foxx es uno de los héroes más pedantes y sangrones de los últimos tiempos, ademas ver a Franco orinarse, chillar y correr como niñita no es mi idea de humor, por ahí aparecen personajes de la nada para ayudar a los "buenos" como Natasha Liu Bordizzo, y finalmente, ni la cinta sabe que quiere ser, comienza como una comedia de terror, muta a drama familiar, da vuelta hacia la pareja dispareja, y termina siendo una "seria" cinta de acción con todo y xenofobia incluida pero aplaudida porque viene de la plataforma progresista por excelencia, solo los personajes de Scott Adkins y Steve Howey son interesantes, y protagonizan la única escena de acción decente, lastima que sean casi extras en la película.
Calificación: De lo Peor del Año