Cuando termine de ver la cinta - que era lo primero que hacían los Wachowski después de sacarle toda la leche a la ubre de "Matrix" con dos continuaciones innecesarias y dos pelijuegos como los que ahora juegan los sonyers - me sentí algo confundido, por un lado si sentía la emoción de que el moral Meteoro (Emile Hirsch) haya podido derrotar a la malévola corporación representada por el empresario Royalton (Roger Allam adecuadamente sobreactuado) pero por otro tenia un ligero mareo que por fortuna no se convirtió en un dolor de cabeza debido al cgi que lleno casi toda la pantalla en una fiesta de colores chillantes con figuras geométricas dando vueltas sin cesar, era como ver fuegos artificiales desde dentro de ellos, parece escucharse bien pero no es una experiencia que pueda ser placentera, y aquí viene lo interesante, esta adaptación de anime respeta el material original pero no tanto como se dice, lo respetado es lo rescatable, lo inventado termina afectando el resultado final.
La trama de la película es muy convencional, pero esperar otra cosa de un anime de hace medio siglo era muy ingenuo, es una trama básica que de hecho sigue funcionando tan bien como en esos años, algo sencillo pero directo, en esta ocasión Meteoro que se ha convertido en un gran piloto, superando la muerte de su hermano, acaba negándose a trabajar para la empresa que manipula todo el deporte de carreras, y que como bien le gritonea el villanesco Royalton, siempre ha sido así, las carreras importantes, las historias heroicas, sus grandes héroes, todos ellos forman parte de un guion en el que lo más importante es manipular a las masas, vamos que como casi todos los deportes que existen, y hasta lo que no son deportes, por ello esta escena es la mejor de la película por mucho, una donde se atreven a poner sobre la mesa un tema que ocurre día a día en el mundo, y quien sabe desde cuando.
Meteoro se enfrenta al tipo junto a su familia conformada por Pops (John Goodman con un agradecido traje homenaje a Mario Bros), su madre (Susan Sarandon), el hermano pequeño (Paulie Litt) que es el alivio cómico junto al mono que sueña con manejar y sabe kung fu, y su interés amoroso confirmado en Trixie (Christina Ricci extrañamente sexosa en una cinta familiar, pero no es queja), también tiene una subtrama de mafiosos que solo estorba, el caso es que lo importante son las carreras, y aunque se agradece que se respete al anime en el caso de las transiciones, el montaje y algunas otras cosas interesantes como los pensamientos, flashbacks yjuegos de cámara/imágenes, lo cierto es que las carreras se ven tan artificiales y fantasiosas que rompen con lo que en realidad es Meteoro, es decir, se respeta el estilo comic/manga y hasta su humor, pero las carreras se modifican para ser solo computadora en pistas que parecen salidas de "F-Zero" rompiendo el estilo clásico de la serie, algo que nunca termina de funcionar y que junto al estilo recargado que viene (ahora si) del anime clásico, resulta cansino, aun asi es entretenida, emociona por momentos, y el mensaje anti manipulación aunque solo sea por encimita se agradece.
Calificación: Interesante
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