Una enfermera novata (Rose Williams) pide empleo en el hospital del este de Londres, el que esta en la zona más necesitada de la ciudad, en pleno apogeo por la huelga de los mineros enfrentados al gobierno, lo que ha ocasionado que los apagones nocturnos programados sean el pan de cada día, esto en el ya lejano año de 1974, en su primer día la chica no cae bien del todo a la matrona (Diveen Henry) y peor aun cuando no acata una orden y es apoyada por un joven y apuesto doctor llamado Franklyn (Charlie Carrick), esto ocasiona que Val sea castigada con el turno nocturno que deberá cubrir en pleno apagón, y desde el inicio nos damos cuenta de que la chica le teme a la oscuridad y se imagina cosas en ella, con esta premisa pareciera que vamos a estar frente a una película de sustos al uso, un hospital casi abandonado donde se atienden a los más pobres, solo unos pocos pacientes que no pueden ser trasladados, poco personal y el que queda puras fichitas, y una niña (Shakira Rahman) que se escapa cada que puede.
Y en esto la cinta es cumplidora, con una ambientación bien lograda, donde se hace muy buen uso de luces y sombras, aunque todo este en tinieblas siempre hay un punto de luz, solo cuando es necesario estamos en oscuridad perpetua, y el hospital laberintico y viejo funciona como un personaje más, los efectos especiales cumplen así sin más, pero donde todo falla es en el guion que se pierde en demasiadas cosas, primero resulta que nadie conoce a Val pero luego todos saben lo que según invento, una de las enfermeras (Amy Beth Hayes) con las que estudio tiene una animadversión contra ella que nunca se explica, y cuando descubrimos cual es la identidad del fantasma vengativo no queda claro porque ella pago también, personajes entran y salen sin tener mucha relevancia, y la historia divaga tanto que muchas veces no sabemos que estamos viendo, y lo que es peor, la supuesta sorpresa del filme nunca lo es.
Desde el inicio supe que Val había sido abusada, y que Saba también, de hecho cuando descubrí esto ni a la mitad de la película ya sabia quien era el verdadero villano, justo porque lo presentaron como si no lo fuera, aun así la cinta se defiende, por la ambientación y algunos jumpscares que aunque obvios resultan funcionales, pero al final cuando se decide a abrazar ese mensaje de empoderamiento femenino con todo y mujeres gritando y luego corriendo a la salida ayudadas hasta por la mujer mala onda, es cuando se pierde todo el sentido narrativo en pos de un discurso (que ya esta en el nombre de la película) y con ello decae la cinta, usando deus ex machina por todos lados, algo que no era necesario subrayar ya que con esa diferencia entre médicos y enfermeras quedaba claro el punto y solo tenia que trabajarse, eso si, la enfermera encarnada por Sarah Hoare resulta agradablemente cínica.
Calificación: Deficiente