En una linea clave de este documental, justo cuando nos enteramos de que el equipo de los Jazz llamaron a Lusia Harris a visorias, la simpática mujer dice que contra mujeres si podía jugar pero contra hombres era otra cosa, no creía estar al nivel y por ello fue prudente y prefirió dejarlo en el aire, esta sabiduría de una mujer que vivió en otra época pero que no carga ningún tipo de complejos demuestra porque el tipo de persona que es y porque su documental descansa totalmente en su carisma, y es que estamos ante un convencional documental que casi como reportaje nos muestra la historia poco conocida de la primer estrella femenil de baloncesto, Lusia "Lucy" Harris que gano tres títulos con Delta State con Margaret Wade al timón, que gano medalla de plata en los primeros juegos olímpicos donde se jugo baloncesto femenil, ademas de que anoto la primer canasta de estos en la historia "un récord que no puede romperse" dice entre carcajadas Lusia.
Justamente estos momentos en que vemos el rostro de la anciana, donde escuchamos sus palabras, y siempre la vemos sonreír, reírse o carcajearse son el alma del documental, vivió en un barrio negro pero de forma más acomodada que los demás, solo ellos tenían aro, pensaron que solo era alta pero se volvió una estrella, consiguió todo lo que podía conseguirse, no había rama profesional por lo que no pudo seguir jugando con todo y la invitación de la NBA que declino, vive felizmente casada junto a sus logrados hijos, y es feliz cada momento de su vida a pesar de todo, con dosis de sabiduría como la comentada al inicio que dejan claro que este icono femenil no cayo en tonterías feministas ridículas, con los pies en la tierra, inteligente y con gran talento, y un carisma que hace querer seguir escuchándola, aunque solo sea reírse.
Calificación: Palomera