El pequeño Job (Robby Kiger) sirve como narrador para el prologo de esta película de culto basada en un relato corto de Stephen King que se "inspira" demasiado en la cinta "¿Quien Puede Matar a un Niño?" de Narciso Ibáñez Serrado, y justo esto es lo mejor de la cinta, Job nos dice que fue con su padre a la misa y despues a la cafetería mientras su madre cuidaba a su hermana Sarah (Anne Marie McEvoy) en casa, que su padre no lo había dejado ir con Issac (John Franklin nacido para el papel), un extraño niño que se viste como sacerdote y que convenció a los niños de adorar a aquel que camina detrás de los maizales, en la escena de la cafetería, la mejor de la cinta, vemos como Issac da la orden y todos los niños y adolescentes matan a los adultos de las formas mas sádicas posibles, tiempo despues un pequeño intenta escapar del lugar pero es degollado por el psicópata sádico Malachai (Courtney Gains) y apenas llega a la carretera donde es atropellado por una joven pareja conformada por Burt (Peter Horton) y Vicky (Linda Hamilton).
Desde ahí todo se ira al carajo para ellos, incapaces de salir por una extraño poder que los lleva si o si al pueblo de Gatlin, donde las calles casas estan vacías, y lo unico que se alcanza a ver son algunos niños tonteando escondidos, ahí conocen a los dos hermanos que odian el culto, donde los juegos, los dibujos y la música estan prohibidos, y donde convertirse en adulto significa ser entregado a sacrificio, en esta locura Vicky es raptada, Burt es perseguido por una horda de chiquillos desquiciados, y todo esto en una historia sencilla y muy entretenida donde el final no mantiene el mismo nivel que el inicio y desarrollo, aun así la película tiene sus momentos, el inicio ya mencionado, la llegada laberíntica al pueblo que los quiere si o si, el cameo de R. G. Armstrong junto a un perro de pocas pulgas, dos grandes personajes como el fanatico siseante Issan o el bruto violento Malachai que se complementan al tiempo que se enfrentan y unos niños protagonistas que son encantadores.
Ademas los demas chiquillos si terminan dando miedo, y aunque son pequeños son tantos que en realidad se siente el peligro en todo momento, mención aparte para la forma en que estos ha tergiversado las imágenes religiosas y que dan un mal rollo en todo momento, y por supuesto que ese ente si termina dando autentico terror, uno mas dentro de la larga lista del escritor que se sienten peligrosos y posibles, pero como apunte antes lo que da mas miedo son esos niños fanáticos que son capaces de todo y que ademas lo disfrutan, casi mostrando la naturaleza humana en su máxima expresión, y digo casi porque ni King ni el director Fritz Kiersch se animan a ello, en su lugar los retratan como personas que todavía no sabían lo que hacian, es decir a su falta de juicio, una lastima ya que de la otra forma daba mas escalofrió, aun asi puede verse con palomitas, ahora si que haciendo combo perfecto con esos tétricos maizales que esconden niños desquiciados y un ente que manipula a su antojo para saciar sus deseos.
Calificación: Interesante