Aún no había comenzado la misa. Algunos conversaban bajito, otros rezaban. De repente, se aparece el diablo frente a la congregación. Todos salen disparados en estado de pánico. Todos, menos un viejito que ni se movió.
El diablo le clavó una mirada fulminante preguntando:
"¿Y tú, no me tienes miedo?"
"¡Qué va, estuve casado con tu hermana por cuarenta años!
No hay comentarios:
Publicar un comentario