Un dependiente es asaltado por una especie de punteros surcoreanos pero de inmediato es rescatado por la implacable Ok-joo (Jeon Jong-seo demostrando que es una estrella en ciernes), después de esto la inexpresiva chica es llamada por su amiga Min-hee (Park Yu-rim) para cenar, cuando llega al departamento la encuentra muerta, la chica se ha suicidado y en la nota de despedida le ha dejado un mensaje donde le ruega que la vengue junto con algunas pistas sobre el culpable de empujarla a tan fatídico destino, cuando sigue la pista del tipo descubre que es un vendedor de drogas que ademas es un galán adonis, Choi Pro (adecuadamente desatado Kim Ji-hoon), al investigar, la protagonista descubre que droga a las chicas y las graba aprovechándose de ellas de las maneras mas humillantes para luego extorsionarlas con esto, Ok-joo entra en su juego, lo tienta en un antro de donde el tipo se la lleva convencido de que ha caído en sus redes pero en el misterioso motel de mala muerte intenta asesinarlo, pero este logra salvarse no sin que antes los dos encargados sufran serias heridas para ayudarlo.
A partir de esto un desfigurado Choi Pro va tras Ok-joo, en parte por ordenes de su jefe mafioso Jo (Kim Mu-yeol), en parte por revancha personal, para esto recluta a un ambicioso químico de narcóticos, lo que sigue de aqui es pura acción, donde Ok-joo se enfrenta a quien sea y como sea con tal de lograr su cometido, al mismo tiempo que tiene que evitar ser cazada por los maleantes, Ok-joo descubre que se esta enfrentando a un tipo con un alto cargo en la mafia, que manejan trata de blancas, y que por supuesto tienen comprado a las autoridades, así que impregnadas en luces neón vemos peleas a catorrazos limpios, muchas armas blancas causando heridas, disparos por aquí y por ella, torturas que erizan la piel, emocionantes persecuciones y una violencia tan directa que solo puede venir de los asiáticos regalándonos piernas cercenadas, disparos directos, cuchillazos en primer plano y hasta quemados tirando alaridos.
Todo esto con una fotografía tan cuidada que cada plano resulta hermoso en su propia manera, con colores fuertes que ademas juegan a indicar el estilo, momento y personajes que estén en pantalla, una música electrónica ad hoc que nos mete de lleno, y unas actuaciones que superan cualquier expectativa en una película de este estilo, en cuanto a la dirección de Chung-hyun tengo sentimientos encontrados, por un lado tenemos ese uso hermoso de la paleta de colores, por el otro cortes tan directos y repentinos que nos impiden ver las cuidadas coreografías que hacen los actores, y un exceso de close ups en estas escenas, hasta el clímax de la historia donde la protagonista se enfrenta a una horda de mafiosos coreanos luego de cierto disparo casi anticlimático que es donde la cinta suma dividendos y uno por fin mira emocionado la pantalla agarrado del asiento con las uñas, en cuanto a Jong-seo solo decir que carga muy bien con la cinta, uno entiende porque el director repite con ella después de "El Teléfono", y que la actriz que se dio a conocer con "Burning" es una estrella, eso si, el director y guionista logra su momentos como ya mencione, y por supuesto ese liberador y satisfactorio final ardiente.
Calificación: Vale la Pena