Hacia la mitad de la cinta del guionista y director Trey Edward Shults los eventos se han vuelto tremendistas y catastróficos, la cámara deambula de aqui para alla temblando como si supiera lo que va a suceder, y nosotros también lo sabemos, el montaje es frenético, el movimiento de la cámara es rápido, los sucesos pasan velozmente, los colores son fuertes e intensos, nos encontramos en la relación de aspecto de 2.35:1 a la que entramos desde esa dolorosa escena en la bañera, nos sentimos presionados como el personaje principal, sentimos el peligro de lo inevitable, y finalmente sucede, lo intuíamos, lo sentíamos, pero el director Shults usa de manera perfecta los recursos narrativos que tiene para que no solo seamos espectadores sino que seamos participes de un drama muy fuerte y doloroso que en ningún momento se vuelve chantajista sino que por el contrario conforme mas avanza es cada vez mas humano.
Es entonces cuando Schults cambia de protagonista súbitamente, la hermana de Tyler, la tímida y callada Emily (dulce Taylor Russell) es ahora a quien seguimos, Shults deja el aspecto pero cambia los colores y el ritmo, la vida de Emily es un infierno en redes sociales, en la escuela, y en casa donde solo escucha pelear a sus padres sin que nadie hable con ella, entonces llega a su vida Luke (Lucas Hedges en otra buena actuación), un chico bonachón y buena gente que ayudara a curar las heridas de Emily y a conseguir una redención que llega a su clímax cuando esta y su padre hablan, y donde el mismo Luke conseguirá una redención/personal familiar que desencadenara la de Emily, intentando hablar con su madrastra (Renée Elise Goldsberry) y haciendo las pases con su padre en la búsqueda del amor, el perdon, la redención y la familia, dándole amor y protección a quien lo merece y a quien no también, porque nadie es un monstruo, solo somos seres humanos, todo ello con un soundtrack maravilloso que siempre nos mete en lo que vemos, con una fotografía preciosa que hacia el final cambia su aspecto para dejarnos respirar, con encuadres bellos y hermosos que nos remiten a Malick, despues de todo es el maestro de Shults, y con ese ir y venir de la vida porque el titulo es mas que perfecto, la cinta nos golpea con la fuerza de una ola y nos jala hacia una tranquilidad divina que irremediablemente golpeara de nuevo.
Calificación: Notable
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