El temperamental Greg Cerva (Gilles Lellouche, bien) alega con su superior, el burócrata Jerome (Cyril Lecomte), ya que para detener a un narcotraficante de baja linea - un camello- han dañado un carro y causado destrozos en algunas partes de la ciudad como ya vimos en esa trepidante escena inicial, el jefe le recuerda a Cerva que un carterista, un vendedor de cigarros pirata, un indocumentado, un narcotraficante y un asesino valen lo mismo para el gobierno en números, todos valen 1, que se dedique a cubrir la cuota, desde aquí se nota la critica al gobierno y el sistema judicial francés que acompañara a la cinta en todo momento, donde la burocracia es solo quedar bien, y las soluciones importan menos que nada, y donde los de arriba solo estorban a los policías de abajo, casi como cinta gringa de antaño, pero a diferencia de aquellas en la siguiente escena vemos al trio protagonista recibiendo sobornos, casi extorsionando y aprovechando como pueden su placa por lo que queda claro que la corrupción es el día a día en el proceder de estos cuerpos de la BAC.
Cuando un video se vuelva viral desde las más altas esferas ordenan terminar ese cartel de drogas, por lo que ahora si, Cerva junto al padre primerizo Yass (Karim Leklou) y el metrosexual Antoine (un carismático Francois Civil) van con todo a lograr algo que no sea detener a vendedores de tortugas, un golpe real como el que siempre han querido dar, algo que ayuda en serio a la sociedad, y ademas cobrarse la afrenta que sufrieron cuando en un barriobajero los detuvieron y corrieron humillándolos mientras la radio de la patrulla los alertaba a dejar el lugar porque ahí, aunque es Francia, también no lo es, esta reinado por inmigrantes, migrantes y franceses con padres de otra nacionalidad que no quieren integrarse a la sociedad ni pertenecer al país de manera tradicional, quieren sus propias reglas, lastima que todo este tema se deje de lado, aunque la historia principal se sigue moviendo muy bien, con los tres policías juntando droga para comprar la información de su contacto, la jovencita Amel (Karen Fortas).
Por lo que lo que vemos es el día a día de estos pobres policías que no tienen autoridad ni imponen respeto para luego pasar a una operación secreta que involucra a todo el personal de la BAC Nord y luego la emocionante redada que en realidad nos mantiene en tensión con toda la gente del barrio en contra de ellos, aun la gente común tirando cosas desde las ventanas, o un jovencito con rasgos árabes que se anima a apuñalar a un policía mientras llama a los delincuentes, y sin renunciar al humor, lastima que después de esto la cinta nos cuenta lo que estos hechos desencadenaron, que aunque resultan interesantes no recuperan el ritmo ni la fuerza de lo que habíamos visto hasta entonces, asuntos internos los enjuicia, todos les dan la espalda, y la prisión es un infierno para ellos, todo esto le da más valor a la critica/denuncia del sistema ya que esta basada en hechos reales, pero uno termina esperando algo más parecido a lo anterior, aun así, una recomendable cinta de acción policiaca más profunda que la mayoría del genero.
Calificación: Bien