La estresada madre Lo Pin-wen (Alyssa Chia, bastante bien) se la pasa trabajando, lidiando con su rebelde hija y esperando que su marido regrese con ella aunque nosotros como espectadores no vemos señales de esto, más allá de que la fulana lo comenté, cuando comience la pandemia global del covid que nos afectó a todos una compañera del salón de su hija Xiao Jing (Gingle Wang, bien) sale positiva, y para acabarla de amolar era que se sentaba detrás de ella y ¡hasta tosió! Si recordamos bien, en los peores momentos de la pandemia imaginar algo así era como pensar en una pena de muerte, todos los alumnos son mandados a sus casas, en el trabajo de Lo la mandan a cuidar a su hija y la madre tiene que aguantar los desplantes de la chica, el cochinero que deja en casa, las groserías que le deja en los platos sucios después de comer y los cartelones en su puerta de "mantén distancia", con todo esto uno se desespera de lo que tiene que aguantar la solitaria madre por parte de su hija y su marido ausente.
Esto hasta que una noche todo esta desordenado y Jing no aparece por ningún lado por lo que la mujer sale desesperada en plena noche lluviosa a encontrarla, en la siguiente escena Jing atiende el teléfono de su casa y le dicen que su madre esta en el hospital, ahí su padre le informa de su condición y de paso le reclama el letrero de su cuarto, a lo que está contesta que es normal porque pensaba que la habían contagiado y no quería enfermar a su mamá, y que todo lo demás es falso, es aquí cuando entendemos la realidad de lahistoria que hasta esté momento veíamos desde los ojos de Pin-wen, es decir desde la perspectiva de alguien que en realidad no ve la verdad por ciertos ataques ¿psicóticos? ¿esquizofrénicos? aquí la cinta podríamos decir que cambia de protagonista y ahora vemos todo desde la perspectiva de la sufrida Jing que tiene que aguantar los episodios de su madre, el valemadrismo de su padre de quien descubre siempre tuvo una segunda familia, lo desagradecida que es la empresa con su madre, los ataques de sus compañeras para su madre y los problemas propios de la edad con todo y problemas monetarios.
Ya en una tercera parte se nos muestra una perspectiva global, la madre lidiando con sus problemas e intentando rehacer su vida, su hija ayudándola en todo momento, quitándose la imagen idolatra que tenía de su padre e intentado ser una adolescente normal, y mientras vemos el día a día, las luchas diarias de estas dos valientes mujeres descubrimos porque la cinta se llama así y tenemos un angustiante final donde el director, guionista, y cinematógrafo Mong-hong Chung nos recuerda que en esta vida nada es seguro, qué las cosas quizá no suceden por azar pero lo hacen sin ser justas y que la muestra de dos vidas es tan compleja e interesante como el thriller con más vueltas de tuercas, y además se supone que esta basado en hechos reales, sea cierto o no es lo de menos, porque un drama tan bien realizado, que nunca cae en estridencias y dramatismos, que no es chantajista ni victimiza a sus personajes, que no toma partido ni intenta dar clases de moral, con una fotografía hermosa, con tomas con clase e interpretaciones de primer nivel solo puede recomendarse porque nos muestra un pedazo de vida, con sus malos y buenos momentos, con personas quebradas pero con buenos sentimientos y dispuestas a dar lo mejor de si, porque la vida es así y más en tiempos de pandemia.
Calificación: interesante