Dos tipos prueban una extraña sustancia blanca que brota de la tierra y se dan cuenta que es muy sabrosa por lo que deciden comercializarla, en la primera de varias elipsis de la cinta el chico Jason (el joven Scott Bloom que es malito actuando) despierta con hambre y descubre que la sustancia blanca ahora comercializada se mueve por si sola por lo que le agarra manía y se resiste a comerla por mas que su familia le haga una presión malsana, para estos momentos el yogur/postre llamado the stuff es un éxito que se come en todo el mundo y que es adorado por todos, los comerciales que lo venden como un producto natural que no contiene calorías son sin duda lo mejor de una cinta desenfadada que atina en el blanco al criticar la industria de la comida que es manipulada por empresas para convertir a sus clientes en zombies, y para prueba aun en la actualidad hay personas que comen y estan casadas con ciertos productos por un tema de marca y publicidad mas que por lo que estan comiendo realmente.
El director y director Larry Cohen usa esta alocada premisa sin dar mas explicaciones, con una sustancia que parece inspirarse mucho en "The Blob" pero con ese subtexto de critica ácida a la sociedad y ataque directo a la industria alimenticia, le añadiría también ese toque de publicidad que enajena masas y que en esa epoca no estaba ni remotamente cerca del poder que tiene ahora, por el lado de la película resulta una entretenida cinta de seria B que no tiene empacho en elipsis que dejan sin explicar partes de la trama, que tiene la desfachatez de mostrar un yogur devorando personas y que nos presenta un protagonista antiheroe salido de mediados del siglo pasado, a la empresa del pequeño Jason que no puede mas que tirar la sustancia de los anaqueles de un supermercado y comer crema de afeitar para engañar a su familia se une el ambicioso David (Michael Moriarty) que trabaja para unos empresarios que intentan destruir la empresa que esta ganando todo el mercado.
A él se une la gestora de la publicidad Nicole (Andrea Marcovicci) y el personaje Chocolate Chip Charlie (Garrett Morris) que tiene la mejor escena de la película, juntos descubren que todo esta comprado, que todos son adictos al producto y que en realidad la sustancia los devora por dentro controlandolos completamente, ya en la fabrica se suma un general extremista y un mensaje de radio donde si para estos momentos no hemos aceptado el juego de la cinta nos exasperara, en cuanto a los efectos especiales me parecen muy buenos, ver la sustancia salir de un colchón para matar a un pobre diablo es genial, mas aun escapar de un cuerpo que deja con la quijada desencajada y por supuesto esa escena donde la sustancia sale de un personaje haciéndolo pedazos, literalmente, una cinta divertida con humor mala leche y que despide ese encanto ochentero que cada vez se siente mejor.
Calificación: Interesante