KEOMA (IDEM, ITALIA, 1976)
Filme atípico en el mejor sentido de la palabra y una de las últimas balas del genero, a partir de entonces el genero fue dejado aunque nunca olvidado, retomado en ciertas ocasiones y por ciertos cineastas, aquí Enzo G. Castellari nos entrega un spaguetti western sucio, violento y con simbolismo religioso como ya había sucedido con "Django" algo interesante ya que Franco Nero protagoniza las dos, la historia es minimalista pero funciona perfectamente como hilo conductor a la típica historia de venganza/redención del pistolero solitario que llega a un pueblo a punto de la destrucción y tratar de recuperarlo aunque al final quizá haga todo lo contrario, lo importante aquí como de costumbre es el simbolismo y la critica hacia la sociedad que hace el genero, y si además nos regala un personaje de antología, acción bien ejecutada y una banda sonora que ayuda pues no nos podemos quejar.
Como si fuera un deja vu de "Django" vemos a un solitario pistolero dirigirse aparentemente sin rumbo hasta que llega a los escombros de lo que se supone es una ciudad, a diferencia del otro antihéroe aquí el protagonista si llega cabalgando pero tiene igualmente un aura sobrenatural por cierta anciana que le previene sobre el devenir, una bruja según los creditos pero me parece más correcto verla como el destino y/o futuro, como no tiene planes de contradecir lo escrito el arrojado Keoma (tremendísimo Franco Nero) llega al pueblo con todo y una mujer embarazada que salva de morir (Olga Karlatos con una belleza hipnotizadora), ahí se enfrenta a la ignorancia de los pueblerinos que temen por una peste que pueden combatir, a la banda de matones liderados por Caldwell (Donald O'Brien) a la que pertenecen sus tres hermanastros que han perdido el rumbo apoyándose en la legendaria destreza de su padre y a la constante bruja que no se cansa de aparecérsele para "¿avisarle, prevenirle?
La ignorancia y el temor han tomado el lugar y solo el mestizo Keoma podrá salvarlos, claro que no es una cosa que le importe demasiado, como clásico antihéroe no se preocupa más que por el mismo y ni siquiera el sabe porque esta ayudando a la joven embarazada, quizá porque como el dice quiere darle la oportunidad de nacer, de vivir como se la dieron a él, de aquí el desarrollo viene de como Keoma da cuenta fácilmente de quienes se les enfrentan, el emotivo reencuentro con su padre, los traumáticos flashback de Keoma hacia un deprimente pasado con el amor de su padre, el odio de sus hermanos y su milagrosa sobrevivencia a la masacre de su pueblo, la rara relación con Lisa, la inquietante relación con sus hermanos, el regreso del alcohólico George (Woody Strode) y la parte final donde la cinta se eleva y con un tiroteo magnifico que termina de forma gloriosa da paso a una tortura con tintes religiosos, una revanchista venganza y un final que nos muestra a Keoma tras cual es, grabada de manera excelsa y únicamente con llanto de niño de fondo, por supuesto que este western sucio, lodoso, con una fotografía que nos envuelve en el ambiente terroso es lo idóneo, y si además tiene un reparto de altura y a un Nero que como siempre se luce no se puede pedir más, el único pero es que la canción principal se repite en demasia, me gusta mucho pero a las primeras de cambio aparece lo cual no me agrado, hace que parezca un emulo de "Django" y a pesar de sus afinidades Keoma brilla por luz propia.
Calificación: Muy Bien
Como si fuera un deja vu de "Django" vemos a un solitario pistolero dirigirse aparentemente sin rumbo hasta que llega a los escombros de lo que se supone es una ciudad, a diferencia del otro antihéroe aquí el protagonista si llega cabalgando pero tiene igualmente un aura sobrenatural por cierta anciana que le previene sobre el devenir, una bruja según los creditos pero me parece más correcto verla como el destino y/o futuro, como no tiene planes de contradecir lo escrito el arrojado Keoma (tremendísimo Franco Nero) llega al pueblo con todo y una mujer embarazada que salva de morir (Olga Karlatos con una belleza hipnotizadora), ahí se enfrenta a la ignorancia de los pueblerinos que temen por una peste que pueden combatir, a la banda de matones liderados por Caldwell (Donald O'Brien) a la que pertenecen sus tres hermanastros que han perdido el rumbo apoyándose en la legendaria destreza de su padre y a la constante bruja que no se cansa de aparecérsele para "¿avisarle, prevenirle?
La ignorancia y el temor han tomado el lugar y solo el mestizo Keoma podrá salvarlos, claro que no es una cosa que le importe demasiado, como clásico antihéroe no se preocupa más que por el mismo y ni siquiera el sabe porque esta ayudando a la joven embarazada, quizá porque como el dice quiere darle la oportunidad de nacer, de vivir como se la dieron a él, de aquí el desarrollo viene de como Keoma da cuenta fácilmente de quienes se les enfrentan, el emotivo reencuentro con su padre, los traumáticos flashback de Keoma hacia un deprimente pasado con el amor de su padre, el odio de sus hermanos y su milagrosa sobrevivencia a la masacre de su pueblo, la rara relación con Lisa, la inquietante relación con sus hermanos, el regreso del alcohólico George (Woody Strode) y la parte final donde la cinta se eleva y con un tiroteo magnifico que termina de forma gloriosa da paso a una tortura con tintes religiosos, una revanchista venganza y un final que nos muestra a Keoma tras cual es, grabada de manera excelsa y únicamente con llanto de niño de fondo, por supuesto que este western sucio, lodoso, con una fotografía que nos envuelve en el ambiente terroso es lo idóneo, y si además tiene un reparto de altura y a un Nero que como siempre se luce no se puede pedir más, el único pero es que la canción principal se repite en demasia, me gusta mucho pero a las primeras de cambio aparece lo cual no me agrado, hace que parezca un emulo de "Django" y a pesar de sus afinidades Keoma brilla por luz propia.
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