UNA NOCHE EN EL FIN DEL MUNDO (THE WORLD'S END, REINO UNIDO, 2013)
Cierre perfecto para la "trilogía del cornetto de tres sabores" o "trilogía de la sangre y el helado", y quizá más madura que las anteriores, aquí Pegg y Wright no solo ven a sus lugares de origen sino al pasado y nos regalan un discurso de crecimiento al igual que en las otras películas pero aquí de manera más dolorosa, más escondida y también homenajean/parodian otro genero más pero mezclando una infinidad de los mismos, pero que quede claro, Wright esta muy lejos de ser un mero emulador o copista, tiene un estilo propio que siempre esta cambiando y al mismo tiempo mantiene esa esencia que lo define, ahora que ha concluido su trilogía de esta manera ya no queda duda de estamos ante uno de los mejores directores de su generación y que no se ha vendido al sistema, es decir que aunque no lo parezca hace cine de autor en su máxima expresión, cine inteligente de entretenimiento, cine en estado puro.
Mención aparte para Simon Pegg su co-guionista y protagonista principal en la trilogía, no solo por el magnifico humor que maneja, ni por las excelentes actuaciones que nos regala, sino porque construyo junto a Wright tres personajes de antología, tres personajes que crecen inconmesurablemente en el desarrollo de la historia y que además maneja junto al personaje de Nick Frost una relación de amistad que de ya se ha convertido en una de las parejas más memorables de la historia del cine reciente, en esta cinta le toca turno a Gary King orgulloso de llamarse "Rey", en lugar del detenido e inmaduro Shaun o del perfeccionista y solitario Nicholas, Gary es un fiestero destrampado, un galan rompecorazones líder de su banda, el típico popular que tiene todo y que celebra su libertad, solo que aqui es una mascara para esconder al débil hombre quebrado en el que se convirtió, que nadie se de cuenta de los traumas que lo acosan y de un pasado que no quiere dejar atrás porque solo en él era feliz, en el veía un futuro grandioso pero ahora que lo ha alcanzado solo le queda aferrarse al pasado.
Como cuenta Gary (Simon Pegg, perfecto) en el prologo donde rememora una noche de fiesta donde intentaron lograr la milla dorada, un viaje por doce pubs que culmina en "The World's End", esa vez no lo intentaron pero cuando alguien le comente que no lo lograron Gary decide reunir a toda la banda para intentarlo otra vez, Gary se las arregla para convencerlos y los lleva a Newton Haven donde el grupo de amigos tratara de ponerse al dia y pasar un buen rato aunque Gary solo quiera terminar el reto a como de lugar, el timido Peter (Eddie Marsan, bastante bien), el exitoso pero infeliz Steven (Paddy Considine, una revelación), el pretensioso Oliver (Martin Freeman, bastante bien) y el serio Andy (sorprendente Nick Frost) que no toma y parece enojado con Gary, al inicio parece que veremos una cinta sobre rememorar el pasado, de amistad y de amor por la juventud pero después se va convirtiendo en un creible drama de traumas y nostalgia juvenil, para sorprender con una vuelta de tuerca de un genero olvidado que en a mediados del siglo pasado englobo lo mejor de la ciencia ficción, y no solo eso, lo hace con mucha acción y peleas estilizadas al estilo oriental que igual invita a la carcajada como al asombro, y finalmente en una buddy-movie, una cinta de amistad, drama y crecimiento personal increíblemente doloroso que deriva en un discurso de amor por la libertad y la imperfección humanas "es un derecho divino", que culmina en un apocalipsis donde cada quien encuentra su camino, aunque el más importante obviamente sea el "King". Como de costumbre Wright nos regala humor inteligente, de palabras, de juegos, de referencias, y los múltiples cameos, a los mencionados se une Rosamund Pike como una heroína que no termina como imaginaríamos, el recurrente Bill Nighy, Pierce Brosnan siempre con clase y un hilarante David Bradley, además de una banda sonora memorable, una recopilación de canciones impresionante, una fotografía excelsa, efectos muy buenos y que son creíbles, mención especial para la amistad de Gary y Andy que detrás de esa mascara con la que se tratan esconden un amor inconmensurable, la verdadera razón por la cual Andy esta enojado con Gary es desgarradora, no por lo que le hizo sino por lo que ha hecho Gary con su vida, la desesperación de Gary que no puede cargar con sus errores y que trata de terminar la milla dorada como sea con la esperanza de poder volver a comenzar, de regresar a ese momento de su vida donde se detuvo, el instante en el que cree que se equivoco, por supuesto que al final comprenderá que puede volver a intentarlo, que el mundo esta lleno de perdedores, que es humano fallar y que solo hay que buscar un sueño, algo por lo que luchar y que le de sentido a su vida. Por supuesto que Wright critica nuestro estilo de vida, nuestra dependencia de las comunicaciones y la tecnología, la perdida de originalidad y espíritu, como nos hemos amoldado a las políticas de las grandes transnacionales, pero sobre todo critica el estancamiento, el no madurar y quedarse en la juventud, es bueno siempre ser joven pero no estancarse ahí parecen decirnos Wright y Pegg, una dolorosa y divertida visita a la nostalgia y el amor por el pasado en búsqueda del presente, un maravilloso cierre que solo me hace desear más colaboraciones entre estos tipos aunque parece que el ciclo termina aquí.
Calificación: Excelente
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