Un narcotraficante llega a un hospital en Guadalajara donde se burla de la guapa recepcionista y le lleva flores a su madre, ahí es asesinado por el medico de turno, o mejor dicho por alguien que se hace pasar por medico, el asesino profesional Alex Lewis (Liam Neeson, bien) que como vemos batalla para recordar donde dejo sus llaves, en la segunda escena un tipo llamado Vincent Serra (Guy Pearce, bien) parece contratar los servicios de una chica indocumentada (Mia Sanchez) por medio de su padre, cuando quedan solos de inmediato le pregunta su edad pero la chica quiere culminar la transacción, todo termina en una pelea con la muerte del padre, volvemos con Alex a la Ciudad de México donde su jefe le exige un trabajo más en El Paso, Texas, y le recuerda que no puede escapar de ese mundo, el asesino va por un constructor ricachón y luego por una chica, pero esta resulta ser Beatriz, que fue salvada por Vincent de su padre pederasta, se niega a asesinar a una niña de 13 años y le exige a su contratista (William Borden) que rompa el contrato, cuando esté lo consulte con su jefa, la todopoderosa multimillonaria Devana Sealman (Monica Bellucci) irán tras la chica y el mismo empleado desertor.
Todo esto mientras Vincent trata de proteger a Beatriz y darle una vida normal, al tiempo que intenta resolver los asesinatos que se suceden uno tras otro en la ciudad, todos de hombres millonarios que parecen estar conectados con Devana pero sin ninguna prueba física, con un jefe (Ray Fearon) que parece más interesado en consolar viudas y no salirse del redil de los de arriba y un jefe de policía local (Ray Stevenson) que obviamente forma parte de la ricachona, dicho esto uno podría pensar que estamos ante una nueva cinta de venganza de Liam Neeson y en parte es así, pero esta cinta va mucho más allá, la dirección de Campbell cumple a pesar de las obvias limitaciones de presupuesto, los dos protagonistas están bien construidos y los actores que los hacen les dan una profundidad más allá de lo escrito en el guión, solo un gesto o unos ojos llorosos les dan más complejidad a sus papeles, la trama bien escrita nos pone en un laberinto nefasto de pederastas, millonarios ególatras, trampas de poder, y corrupción, mientras los protagonistas tienen su propia moral mucho más elevada aunque diferente.
Alex es un asesino que tiene limites morales, y que cuando estos se rebasan no duda en ejecutar la única justicia que existe para él, la rápida y expedita, en tanto Vincent intenta ejercer la justicia siempre dentro del marco legal, evitando los asesinatos y la sangre, con este enfrentamiento de ideologías al final la cinta se decanta por una en un final tan cortante como fuerte y que uno termina agradeciendo, en esta realidad oscura y degradada donde todo parece ser terrible, el thriller no funciona tan orgánico como debería, y aunque lo del protagonista con Alzheimer es interesante no se le termina sacando jugo en su totalidad, eso si, por lo menos sirve como excusa para un guiño a esa obra mayor "Memento" con Pearce como protagonista, las escenas de acción son buenas, no cámara no rehuye la violencia sin enaltecerla, y la historia termina mostrando un mundo tan real que uno no duda en que lo que se muestra esta sucediendo en este mismo momento, ademas los secundarios cumplen bastante bien, Taj Atwal como linda demuestra ser expresiva y carismática, eso si, en cambio algunos como Harold Torres como el policía mexicano Hugo Marquez parece solo tener la expresión de enojado, algo que también sucede con Fearon, pero son pequeños detalles para una atractiva y espantosa historia realista.
Calificación: Bastante Bien